Una banda con casi tres décadas de haber sido formada en el seno de la escena del black metal finlandés vuelve al ruedo 23 años después de haber lanzado su último trabajo, y con la adición como miembros formales de los músicos de la banda de metal sinfónico Nightwish: Tuomas Holopainen (quien ya había sido su tecladista de sesión de 1993 a 1998) y el baterista Kai Hahto. Estamos hablando de Darkwoods My Betrothed que lanza su más reciente trabajo titulado “Angel of Carnage Unleashed” el cual verá la luz al público el 12 de noviembre a través de Napalm Records.
Desde el primer track uno entiende la fiereza y brutalidad del proyecto, ya que tras unos pocos segundos de melodioso teclado “Name The Dead” es un asalto sonoro que de inmediato te prende con su potencia. “In Evil, Sickness and in Grief” es un tema que se lanzó como sencillo promocional en agosto de este año, y que a lo largo de sus ocho minutos de duración es como un paseo por un bosque siniestro con hadas negras susurrando todo el tema con sus voces femeninas malditas de fondo, recordando a lo que hacía en sus primeros trabajos Cradle Of Filth. Un cambio radical se viene en “Murktide and Midnight Sun“, donde las guturales son sacrificadas en un sonido totalmente de folk y viking metal del que ejecutan bandas como TYR. “Your Bitter Source Of Sorrow” retoma de inmediato el sonido black metal con una batería acelerada al puro estilo Watain o Nargaroth, mientras que en “Where We Dwell” es el teclado el que se roba el protagonismo con su presencia.
El tema más largo del disco se titula “In Thrall to IronSkull´s Heart” y es toda una oda que comienza con una guitarra acústica que acompaña los clásicos sonidos de Europa del Norte con una voz melodiosa y casi sacra, que después detona en una tonada folk digna de una guerra entre vikingos; sin duda la banda demuestra que no tiene empacho en hacer esos brincos de ritmo tan radicales dentro de un solo álbum, con esta referencia a bandas del tipo Arkona. “Massacre” como su nombre lo dice es una carnicería de sonidos demenciales y vomitivos, quizá el track más demencial y masacrante de todo el trabajo. Y finalmente sin ser tan violenta como su antecesora, “Black Fog And Poison Wing” es igual de viajada e impredecible: como sumergirte en el túnel de un “Alicia en el País de las Maravillas” demoniaco y burlón. Es así que con un “Outro” de orquesta, similar a los que escuchamos en los créditos finales de las películas, termina este gran trabajo lleno de versatilidad, poder y sorpresas sin límite.
