Hay conciertos que van más allá de un grupo tocando frente a personas y se convierten en toda una celebración conjunta de emociones. Es el caso del regreso del proyecto español de synth-pop OBK, quienes más que un recital armaron una verdadera fiesta donde músicos y asistentes vibraron en el mismo nivel con una emotividad y energía gigantescas.
Como en toda fiesta siempre hay un pre-copeo, y este vino en el Salón La Maraka de la mano de invitados de lujo. Empezando por DJ Blanks quien con una selecta elección de grandes temas del synth-pop, future-pop y más géneros afines hacía que la larga fila de gente formada en la calle que iba ingresando al foro empezara a bailar desde el primer segundo. Posterior a él, el proyecto Geminis 2 tomaría las riendas del evento con mucho poder y con una presencia mágica y oscuramente atrayente que cautivo al respetable de principio a fin. Finalmente Alex Midi de Moenia ofrecería un DJ set en el que por supuesto tendría temas de su banda mater, pero también una variada selección de beats y versiones que culminarían con la siempre infalible “Military Fashion Show” de And One. Midi anunciaría que a continuación vendría una de las mayores influencias de Moenia lo que por supuesto arrancó los aplausos del foro pues por supuesto se refería a OBK.
OBK saldría al escenario ya con un aforo muy considerable que lo esperaba con ansias, y desde el arranque con “Sálvame” la euforia estallaría de manera energética, aunque sería el siguiente tema “Tú sigue así” el que si ya como tal activaría los cuerpos de los presentes haciéndolos brincar y cantar. “La venimos a pasar de puta madre” anuncia con euforia un revolucionado Jordi Sánchez al micrófono mientras la velada transcurría con grandes temas como “Revolución”, “Dicen”, “Nunca Jamás”, y “La Contraseña”, haciendo que el calor que emanaba el recinto lo hiciera deshacerse de su chamarra lo cual por supuesto le devengó en todo tipo de piropos y gritos principalmente del público femenino. Lo cierto es que OBK era el amo y señor de esta gran fiesta, y cada que le pedía al público bailara la gente se movía, y si pedía que generaran un ambiente más intimo con las linternas de los teléfonos celulares la gente de inmediato convertía el foro en un mar de estrellas, cosa que vivimos mientras sonada “Falsa moral” o “La princesa de mis sueños”. OBK dejó de manifiesto su enorme legado y carrera musical que en doce discos de larga duración le ha generado una fiel y apasionada legión de fans que aquí en México se sabe cada una de sus canciones, y que al ritmo de “Mi razón de ser”, “La herida”, “El cielo no entiende” e “Historias de amor” lo despidió reconociéndolo como un referente del synth pop mundial.
TODAS LAS FOTOS POR ANTONIO ARIZTI
