Cercano al día de muertos, fecha en la que los antepasados de la época prehispánica creían que los muertos regresaban del Mictlan a visitar a sus familiares; el ritual de Cemican convocó a una gran cantidad de fans en el evento acontecido en el Circo Volador y organizado por Lucha Metal MX, que dejaron más que comprobado el gran momento y poder de convocatoria que la banda originaria de Guadalajara tiene ya como acto.
Muchos fanáticos pagaron su acceso VIP con el que pudieron entrar antes que nadie y asegurar su zona junto al escenario. También tuvieron la oportunidad de poder presenciar el soundcheck de la banda y recibir además de su disco y gafete una foto personal con el grupo completo y la firma de sus artículos. Es destacable mencionar que el boleto tenía un costo de 1000 pesos y la gente los pagó feliz, lo cual es digno de admiración teniendo en cuenta -admitámoslo- lo poco que la gente paga cuando de proyectos nacionales se trata. Esto sin duda es un testimonio más de que Cemican tiene ya tanto respeto y una base de fans tan solida, cual si de una banda internacional se tratase.
Llegado el momento del show las luces se apagan y las puertas del Mictlan se abren, para que Cemican haga vibrar el recinto con “Itlach Ich Mictlantecuhtli“, para luego recordarnos el orgullo de nuestras raíces gritando a todo pulmón “Azteca Soy”. Danzantes, copal y neblina complementan el performance que nos remonta a épocas milenarias al ritmo del poder de canciones como “La Que Baja de las Estrellas”, “Tzontecotl” y “Xipe Totec”. El audio no es el mejor, pero la entrega arriba y abajo del escenario es tal que muchos parecen más concentrados en su emocionante momento, que en esos detalles.
“Estos han sido tiempos difíciles, tiempos de pandemia. Es por eso que para esta canción tenemos algo especial, algo que ofrecer para que a todos nos vaya mejor” anuncia Tecuhtli al micrófono antes de interpretar “Ritual”, que como su nombre lo dice es donde la banda arrastra a un prisionero de guerra para que el sumo sacerdote le extraiga el corazón para ofrendarlo a sus deidades. Sin duda una de las cosas más mágicas de Cemican es el complemento de sonidos ancestrales que logran con instrumentos típicos de la época prehispánica Yei Tochtli y Mazatecpatl, uno en cada extremo, mientras la noche avanza al ritmo de “Cuando Los Muertos Suspiran”, “Luna Desmembrada” y “Yaotecatl”.
La gente tarda, pero finalmente se contagia del aguerrido espíritu del jaguar y el ocelote, y abren el circulo de slam cuando “Anahuak” es tocada. Lo cierto es que entre una vocalista invitada, los danzantes con penachos cada vez mas vistosos ejecutando sus danzas o la alternancia en las percusiones con el timbal, se nota es un show especial que el grupo ha preparado para dejar un buen sabor de boca en la gente sorpresa tras sorpresa; y con “Yook OL Kaab Maya” y “Donde Nace el Viento” el viaje por el antiguo reino azteca empieza a acercarse a su ocaso.
“Muchas gracias por su asistencia, es momento de tocar un tema que ustedes han hecho suyo y han convertido en un himno” comenta un emocionado Tecuhtli antes de tocar “Guerreros de Cemican” con dos guerreros a las espaldas de la agrupación teniendo una batalla. Este parecía ser el fin de la ceremonia sin embargo, los dioses siguen hambrientos de más de esa ofrenda, por lo que tras una breve pausa Cemican regresa al escenario para con “Titlacahuan” y “Mixteco” cerrar ahora sí el show, con sus danzantes lanzando fuego por la boca en un gran performance final.
Todas las fotos por Alfredo ALV
