Existen bandas legendarias que marcan a generaciones completas que compran discos y playeras de dicho grupo y viven con la ilusión de poder verlo en vivo algún día. Los años pasan y esa esperanza va mutando a resignación de pensar que ese sueño jamás será posible hasta que cuando menos lo esperan se anuncia la visita de sus ídolos y todo es emoción y euforia. Ese es sin duda el marco que antecedió la visita de MR. BIG lo cual se tradujo en un concierto inolvidable en un SALA Corona repleto de fans.
Sin teloneros, ni retrasos ni nada por el estilo: La primera cita no se olvida y todo tenía que ser perfecto así que en punto de las 21:30 horas las luces se apagan y la expectativa se siente en el ambiente. Los originarios de Los Angeles hacen acto de presencia y de inmediato arrancan con potencia con “Daddy, Brother, Lover, Little Boy” y claro de inmediato hace su aparición el efecto del taladro de Paul Gilbert para hacer vibrar las cuerdas. “American Beauty” y “Undertow” son las siguientes canciones en ser tocadas y es para este punto en el que Pat Torpey se roba el corazón de la gente al hacer su arribo: Como todos sabemos el nacido en Cleveland fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson hace 3 años lo que le impidió continuar comandando la batería mas no así el seguir siendo parte de la banda sonriendo mientras toca el pandero o percusiones sencillas. Aun así en una canción intercambia lugar con Matt Starr encargado actual de la batería en vivo y la gente se le desvive en gritos y aplausos.
“Alive and Kickin” y “Temperamental” continúan la velada y es de verdad impresionante como después de cada canción la gente grita y se deshace en pasión soltando tantos años de espera. “Nosotros hemos compuesto muchas baladas pero esta es sin duda muy especial para nosotros ” comenta Eric Martin con todo y su mascada de calaveras al cuello y arranca suspiros de las féminas con la melosa “Just Take My Heart”. “Esto es increíble México, de verdad este show ha superado todas nuestras expectativas; ¡son grandiosos!” comenta visiblemente emocionado el cantante y la noche continua con “Take Over” el inicio casi espacial de “Green-Tinted Sixties Mind” y de ahí al ritmo funky y pegajoso de “Everybody Needs a Little Trouble”. Para “Price You Gotta Pay” el vocalista se calza una gorra del superhéroe flash que alguien ha lanzado desde la pista y hace un relevo en el bajo para que el legendario Billy Sheehan toque la armónica de manera entregada.
Uno no puede hablar de MR. BIG sin hablar de lo majestuoso y virtuoso de cada uno de sus integrantes. Y es que “No es un pájaro, no es un avión, es Paul Gilbert” –frase con la que en algún momento del concierto Eric Martin presentaría al guitarrista- resume a la perfección lo impresionante y sobrehumano que es verlo sobre el escenario: Todo el tiempo gesticula exageradamente y su boca se abre tan grande como alto sea el riff, y es un tipo que de su piel destila carisma en concentraciones impensables, además de poseer una técnica digna de un Dios que hace que su solo parezca una orquesta de otro mundo encerrada entre sus cuerdas. Paul puede tocar con la lengua, con la guitarra sobre los hombros e infinidad de suertes mas que le valen carretadas de aplausos de la gente. Posterior a esta exhibición individual de talento “Take a Walk” y su sonido hard rock 100% y el cover a “Wild World” original de Cat Stevens mantienen la efervescencia a todo lo que da.
“Rock and Roll Over” es tocada a continuación y luego la velocidad sube vertiginosamente con “Arround the World” donde Matt Starr con todo y playera del luchador Mil Mascaras aporrea los tambores y no le da descanso a los platillos de manera avasalladora. Y después vendría el momento de que el otro gran titán de las cuerdas se luzca y el solo de bajo de Billy Sheehan es una ametralladora de sonidos pesados y combinaciones inverosímiles para ser creadas por un simple mortal; ¡tiene que tener pacto con alguna otra deidad para poder tocar así! El solo sirve de enganche para que la adrenalina no decaiga al ritmo de “Addicted to that Rush”; y entonces un momento de balada sublime y aplausos melódicos al ritmo del compas inunda el SALA Corona con “To Be With You”.
Billy Sheehan empieza a morder su instrumento y emitir sonidos de ladridos, lo cual es aviso de que el perro ha soltado su cadena y está dispuesto a dar una buena mordida con “Colorado Bulldog”, tema en extremo poderoso y que incluso tiene un ritmo que a veces raya en géneros mas agresivos como el thrash en su formato mas crossover. “Sabemos que tardamos mucho en venir, y que aunque nos hubiera gustado tocar este tema en aquella década no fue posible; pero hoy están y estamos aquí y podemos volver a esa época” nos invita Eric para tomar la máquina del tiempo y regresar a “1992” Tras la presentar uno por uno a los miembros de la banda el vocalista bromea diciendo que “No habíamos podido venir pero ya estamos aquí y les hemos dado su primera vez así que amigos: Hoy han dejado de ser vírgenes” robándose una carretada de aplausos y risas. El cantante aun conserva esa galantería que en el pasado –y quizá aun todavía- le valió poder robarse muchas virginidades más, en un sentido aun más literal como lo demuestra la manera en que las mujeres presentes se dejan llevar con su voz inmaculada a través del tiempo.
“Ha llegado el momento de irnos, de verdad ustedes son lo máximo. Pero les prometo que vamos a regresar” anuncia MR. BIG y su partida es a lo grande con el cover de “Baba O´Riley” de otro gigante del rock como lo es The Who. Billy Sheehan extiende una bandera de México con el logo del grupo pintado y la banda se junta para agradecer a la gente antes de retirase. Un show irrepetible, con una pléyade de virtuosos músicos que te tienen moviendo el rostro de un lado a otro porque no sabes en quien concentrarte sin querer dejar de ver la magia del de junto. Al final hay fans llorando, personas de todas las edades abrazandose y la mayoría boquiabiertos por el dejo de talento presenciado. Un concierto absolutamente GRANDE. Así, con mayúsculas como se escribe el nombre de la banda.
Fotos por Alfredo Alvarado