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Frank Iero y su debut en Guadalajara

Fue en 2001 que My Chemical Romance surgió, en 2004  alcanzó la fama mundial con su disco ‘Three Cheers for Sweet Revenge’, en 2006 alcanzó nuevo estatus mundial con su ‘The Black Parade’, en 2013 cuando la agrupación anunció una pausa musical que a la postre terminaría siendo el fin de una de las bandas ’emo’ por excelencia y este 2019 que un trozo del proyecto pisaría por primera vez Guadalajara; Frank Iero & The Future Violents emocionó a toda su fanaticada en la Perla Tapatía.

La noche del pasado viernes 27 se presentó el guitarrista en el C3 Stage. El concierto originalmente sería en mayo pasado, sin embargo se reagendó debido a problemas de salud del músico, quien se disculpó y afirmó que cumpliría con la fecha.
La velada la iniciaron los regiomontanos de ‘We are all’, con más pena que gloria, los asistentes querían ver a su ídolo juvenil ya, ése que se contorsionaba con solos en el piso y lucía su careta de niño bonito mal educado.

Mención aparte los asistentes. Atrás quedó la ropa colorida repleta de estoperoles, ojos delineados, maquillaje corrido y rostro enmarcado con un fleco perfectamente planchado y colocado con precisión de lado. No, ni una sola persona lucía un ajuar similar, la mayoría vestía un casual atuendo en donde manifestaba que a la par del músico, la madurez los había tocando.

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Poco después de las 22:00 hrs, el tempo de la batería comenzó a marcar el compás de notas negras, una línea tenua de bajo comenzó a rasgar, una voz encajonada susurró para dar rienda suelta a un riff con tintes de rock and roll puro; sonaba «Moto Pop» de su disco más reciente ‘Barriers’ mismo que era el pretexto de esta gira. Le siguieron «Veins! Veins!» y «I’m A Mess» de su segunda placa ‘Parachutes’ para seguir con  «Young and Doomed» y conformar el primer bloque de la noche.

Tatuado hasta la médula, así lucía Frank Anthony Iero, Jr, quien se entregó en todo momento. Saltaba, corría, vociferaba, alentaba, se emocionaba; se le podrá criticar cualquier cosa, pero no su entrega al tocar y cantar, lo hacía como si se encontrará en medio de un estadio.  

«Viva Indifference», «Tragician», «Basement Eyes», y «Fever Dream» continuaban con el repertorio musical que se extendería casi la hora y media que pasó como agua para el respetable.

El final llegaba y no, si por ahí se tenía la esperanza jamás llegó, Frank no hizo alusión alguna a su pasado de My Chemical y no hubo siquiera un riff de su extinta banda, y está bien, los tiempos cambian y hay que seguir adelante.

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