Luego de un par de años encajonado, finalmente Till Lindemann ha decidido sacar su primer álbum en solitario, ‘Zunge‘, un trabajo donde las comparaciones con Rammstein serán totalmente inevitables, sobre todo, porque son justas; sin embargo, algo le falta para poder igualar la magia del sexteto teutón o incluso sus trabajos anteriores con el dueto Lindemann.
Luego de la ruptura con el músico sueco Peter Tägtgren, Till se empecinó en continuar su camino en solitario para poder lanzar todo aquello que por una cosa u otra no tenían cabida en Rammstein, por lo que comenzó a lanzar sencillos por aquí y por allá, unos mejores que otros. Y este álbum es más o menos el reflejo de eso.
‘Zunge‘ comienza potente con el tema que le da nombre al álbum. Coros pegajosos, elementos típicos del industrial con sus ritmos electrónicos que continúan durante ‘Sport Frei!’, otro tema que seguramente amarán los fans del alemán.
Tras esto, llega Altes Fleisch, un tema de la vieja escuela lleno de sintetizadores ochenterísimos dignos de cualquier banda de EBM de la época, lo mismo que ‘Übers Meer’, algo más calmado pero con severos aires de nostalgia.
Hasta aquí, todo bien… pero no más. Nada que resaltar. Algunos experimentos interesantes como ‘Tanzlehrerin‘, una balada al estilo flamenco -aunque tampoco es que sea la gran cosa- podrían llegar a salvar la cosa, pero no creemos que sea suficiente dentro del gran esquema del disco.
El gran problema de ‘Zunge‘ es que cae en cliché tras cliché que hemos visto demasiadas veces dentro del universo de Till Lindemann y de Rammstein. Temas como ‘Nass‘, ‘Schweiss’, ‘Du hast kein Herz‘ o ‘Lecker‘ son refritos del refrito de una formula que Lindemann ha usado hasta el hartazo a lo largo de los años y que ya ni siquiera el elemento de la provocación hace realmente interesante. Ya lo vimos. Muchas veces.
Lejos del cobijo de sus compañeros en Rammstein o de su ex-colaborador, Peter Tägtgren, la verdad es que Till Lindemann no ha podido sacar un trabajo que luzca. No es malo, pero, ‘Zunge’ no pasa de ser un compilado de temas medianos que suenan a un montón de demos descartados de sus proyectos principales.
No nos malentiendan. Si escuchan ‘Zunge‘, seguramente lo van a disfrutar, pero también lo vana olvidar muy facilmente. Es como escuchar a Rammstein, pero en una versión light. Tal vez sea hora de que Till entienda que hablar de penes y sexo en todos lados, no es suficiente para que un producto sea bueno y llame la atención -de hecho, se ha vuelto tan común en él que ya está por demás. No es que a Till Lindemann le falte talento, pero en solitario le falta cafeína para resaltar.
