En una ciudad que todavía se recupera del golpe que el terremoto causó, la nación hardcore sacó la cara y demostró que el público está listo para recuperarse y buscar regresar a la normalidad, pero también para no olvidar y seguir apoyando ya que a partir de la fecha del sismo y hasta el evento un porcentaje del boleto fue destinado a ayuda humanitaria. Esta vez el sitio elegido para la segunda edición del festival más importante de escena hardcore en nuestro país fue el Salón Sociales Romo, un sitio donde por un día las cumbias y la salsa se quedaron fuera para dar paso a los sonidos callejeros del punk y el core.
Desde temprano algunos fans ya se daban cita, seguramente con el desayuno aun digiriéndose dieron la oportunidad a bandas como Propia Actitud o Senda de Honor; o los mismísimos regios de Hellmaiztroz que en conjunto dieron muestra de que la semilla del hardcore en México es fuerte y de constante crecimiento. Pero el Off Limits no es solo hardcore sino que también tiene un hueco a lo largo de toda su duración para el punk, con propuestas alegres y pegajosas como Veritas o Gula, una banda que ya es conocida dentro de la escena punk y que ha abierto ya de hecho shows del genero de leyendas como 2 minutos.
El momento de dar paso a la avanzada extranjera había llegado con Providence. Los franceses fueron los primeros en conseguir el slam se abriera ya más de manera formal, sus sonidos a veces emparentados con bandas como D.R.I. y otras del estilo Biohazard fueron muy bien recibidas. Los italianos Slander y los norteamericanos Down to Nothing seguían poniendo el sazón hardcorero al evento, mientras que Young And In The Way y su pinta de machos mamarrachos se encargaron del toque metalero con un death/thrash/speed de adrenalina con todo y cover a Judas Priest incluido. La gente iba y venía del escenario a los baños o por una cerveza por el insufrible y estrecho pasillo que conectaba las secciones hasta esta primera etapa del festival, ya que en lo que venía las cosas cambiarían cuando los pesos pesados empezaban a dejarse venir.
Death By Stereo desde california es la primera banda que congrega de manera más formal el interés de todos los presentes. Pese a no contar por imprevistos con Efrem Sculz en las vocales la alternancia de cantantes logró que su presentación fuera todo un éxito eso sí: con el icónico bigotazo de Dan “The Mustache” Palmer moviéndose de un lado al otro mientras desgarraba su guitarra. Llegaría el turno del sonido 100% hardcore de Sworn Enemy donde la pista se llenó de amantes del ritmo extremo que lanzaron puñetazos y patadas al aire a grandes velocidades en ese característico bailar que siempre ha inmortalizado al género.
Aquí hay que hacer punto y aparte porque lo que siguió después fue simplemente apoteósico: La verdad es que la presentación de Walls Of Jericho se robó la noche e incluso dejó opaca a la actuación de varias bandas posteriores. Desde el inicio con “Relentless” y hasta el final con “The American Dream” y “Revival Never Goes Out of Style” el demonio hecho mujer que es Candace Kucsulain no dio respiro: La originaria de Michigan no se cansa ni un instante, con una pinta hipnotizante con su bello pero agresivo rostro y unos bíceps que todos los presentes envidian; pero sobretodo con una energía al cantar sin dejar de brincar que te deja boquiabierto. Se subió a la barrera a cantar encima de la gente cuantas veces quiso y fue en su actuación en la que el circle pit más grande de fans corriendo en círculo por todo el recinto se generó.
Judge era otra de las bandas más esperadas del festival porque su accidentada carrera de ir y venir te hace saber que si no los veías ahora tal vez no los vuelves a ver. Habían muchos fans que de verdad se notaba iban por ellos y que se sabían cada canción y brincaban o salían volando en las catapultas humanas. Y después del hardcore vendría la dosis de punk del agresivo y no pedazos con Good Riddance. Este fue sin duda otro pico alto del evento porque aquí nada de bailes, nada de bracear al aire ni tampoco brincos vistosos y exagerados: Aquí el slam al ritmo de temas como “Disputatio” o “Heresy, Hypocrisy, And Revenge” fue del tipo punk de la vieja escuela tipo G.B.H. con los fans corriendo y empujándose con rabia por toda la pista al grado de ir a chocar contra los pilares que sostienen el techo del foro. “A Credit to His Gender” –con todo y palomazo travieso de Candence Kucsulain- , “Salt” y claro “Libertine” fueron otros temas que el rubio Russ Rankin nos regaló antes de partir entre sudor y aplausos.
Llegaría el turno de Integrity, una banda soportada por el eterno Dwid Hellion como único miembro fundador y que ha sufrido una infinidad de cambios de alineación a lo largo del tiempo. Quizá fue el cansancio de los huracanes anteriores sumado a la expectativa por ya ver a los headliners, pero lo cierto es que aquí la adrenalina si bien no se apagó si sufrió un notorio bajón en el ambiente aunque aun así muchos disfrutaban al ritmo de temas como “Hollow”, “Psycologhical Warfare” o “To Die For”, y muchas canciones más sobre sucesos paranormales y ocultismo. Es la hora de la fiesta final y la gente lo sabe. Aunque algunas personas se retiran esperando alcanzar transporte público la gran mayoría se queda a ver a la banda estelar.
Suicidal Tendencies paliacate en cabeza abre con su ya característico tema “You Can´t Biring Me Down” que tienes que ser de petróleo en las venas para que no te haga vibrar: su ritmo es una invitación a la fiesta y al desenfreno que no cesan y de inmediato se enganchan a canciones como “War Inside My Head”, “Clap Like Ozzy” y “Send Me Your Money”. Mike Muir, el titán de mil batallas es una leyenda sobre la tarima y la gente le aplaude todo lo que hace. El slam no se aminora debido a canciones como “Freedumb”, ”Cyco Vision” o “I Saw Your Mommy”.
Mención aparte para Dave Lombardo: De entrada si no conoces este nombre déjame de leer porque he perdido mi tiempo y necesitas unas buenas clases de historia del rock. El monstruo detrás de la batería es un espectáculo por si solo e impone respeto en cada golpe que da. “How Will I Laugh Tomorrow”, “Trip at the Brain” y “Pledge Your Allegiance” son las canciones que prácticamente dan por terminada la noche, antes del esperado cierre con “Living For Life” donde quienes quedan dan el último suspiro antes de retirarse satisfechos.
El Off Limits en su edición 2017 nos deja 2 lecciones al tiempo: En tiempo presente que la gente al menos en CDMX está lista y deseosa de que la música y los conciertos sean punto de fuga para estos tiempos difíciles.
Podemos presumir que contamos con un festival de hardcore que promete longevidad con un cartel siempre sorprendente y vasto.
Fotos por: Neltia Gallegos y Antonio Arizti