Vulgar 22

Nifelheim y el satánico show de los gemelos Gustavsson

Un verdadero pandemónium de maldad, blasfemia y mucho Black Metal es lo que se vivió en el Circo Volador con la visita de Nifelheim.

Con una excelente entrada que demuestra que la legión blackmetalera es fiel a sus bandas, la noche empezaba el recorrido musical con la actuación de Hell Desecrator y los ya más que consolidados en la escena Raped God 666. Posterior a ellos disfrutamos de los sonidos extremos de Exinferiis para luego y en uno de los actos más potentes de la noche, ser invitados literal a “sodomizar al puto de Jesús” por los encapuchados de Zaghan. Entre aplausos y con ese tamaño en el nivel de herejía quedábamos listos entonces para recibir a la banda estelar de la noche.

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Nifelheim toma el escenario y de inmediato con “Infernal Flame of Destruction” desata la locura en la pista del recinto. Y es que los hermanos Gustavsson son algo así como la versión black de los hermanos Skasgard en sus personajes Pennywise de “It” y Floki de “Vikings” pues son altos y espigados y con calvas prominentes de donde por detrás, cuelgan largos cabellos que se agitan en cada tema. Pet Gustavsson es el demonio encargado de hacer guturales que parecen emanadas del infierno en temas como “Unholly Death” y “From Hell Vast Plains”, mientras con sus prominentes picos en la muñeca brinca y hace gestos macabros de un lado al otro como el payaso de Derry. Del otro lado, tenemos a Erik Gustavsson, quien sostiene erguido su bajo ensanchando los hombros y gesticulando en cada tema recordándonos al constructor de barcos vikingo antes mencionado; haciendo detonar “Evil Blasphemies” y “Bestial Avenger”. Pero la locura en Nifelheim no está restringida a los Gustavsson, y Eric Ljung en la batería hace lo suyo bañándose en cerveza y tocando su instrumento usando los envases vacíos como baquetas antes de “Bestial Rites”. Nifelheim es de verdad todo un show blasfemo y vibrante.

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“Praise Lord Satan” continua con la invitación al culto infernal, y luego uno de los temas más esperados y que más slam desata en la pista es sin duda “Storm Of The Reaper”, donde la gente reparte empujones a diestra y siniestra. “Hola México, ¿quieren algo de nuestro primer disco?” pregunta Pet antes de ejecutar “Sodomizer”, y anunciando que sigue otro tema viejo llega el momento ritual del sacrificio con “Satanic Sacrifice”. La gente está feliz y sudada, y cuando escucha los primeros acordes de “Possessed by Evil” vuelve a perder la cordura en el moshpit. Es aquí donde la banda se toma un descanso que no es muy largo, y regresa al escenario para prender a todos con “Final Slaughter” que de nuevo desata la carnicería musical entre la gente. Nifelheim continúa entonces en el escenario hasta que la hora de regresar a las tinieblas se cumple; y agradeciendo a todos su asistencia se despide dejándonos con ganas de un pronto regreso de los gemelos malditos.

Fotos por Paco Pérez

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