Luego de tres años fuera de territorio mexicano y de su última presentación en el marco del Knotfest México 2017, Anti Flag regresó a nuestro país y lo hizo por la puerta grande, con tres show; Monterrey, CDMX y Guadalajara en donde la adrenalina se vivió a tope y, literalmente, tocaron entre el público.
Fue el pasado viernes 16 de agosto cuando los de Pittsburgh se presentaron en el C3 Stage de la Perla Tapatía, recinto que lucía desangelado cerca de iniciar el concierto pero al comenzar los primeros acordes de ‘Die For Your Government’ ya se encontraba completamente abarrotado.
Desde sus génesis, Anti Flag se han forjado bajo un claro lema idealista, con letras políticas, anti-sistemas y tocando a favor de los animales; es de esas bandas que aún conserva ese espíritu contestatario logrando impregnarlo en cada una de sus presentaciones.
‘Broken Bones’, ‘Racists’ y ‘Cities Burn’, fueron parte de su primer set de canciones, acompañado de un ‘Gracias Guadalajara, somos Anti-Flag de Pittsburgh, Pensilvania ye esa noche vamos a rendirle tributo a el punk rock’, por parte de su vocalista Justin Sane quien en todo momento presumió intacta su característica mohicana.
Uno de los momentos más álgidos llegó de la mano de un gran himno, no sólo de ellos, sino de toda la oleada punk de las últimas dos décadas resonó por todo el C3 Stage: “Fuck Police, Fuck Police, Fuck Police Brutality”, se dejó escuchar mientras se vivía un slam e histeria colectiva. Le siguieron ‘The Bright Lights Of America’ y ‘Trouble Follows Me’, esta última sirviendo como otro momento comunitario, los cerca de 500 tapatíos coreando ‘Oh, oh, oh, oh, oh’, ¿Hay algo más punk que esos coros? Ramones y The Clash estarían orgullosos de ellos.
La velada se hacía adulta pero las sorpresas e interacción con el público seguían. Sonó ‘1 Trillion Dollar$’, ‘Death of a Nation’ y ‘The Press Corpse’ en donde uno de los asistentes tuvo la oportunidad de tocar el bajo de Chris, joven que no decepcionó y tocó con pulcritud el instrumento.
Los ánimos apaciguaron un poco en el tradicional encore y encendieron al regreso con ‘Brandenburg Gate’, melodía en la que Chris, pidió que le hicieran espacio justo en medio del público ya que ahí se colocaría Pat con parte de su batería y él mismo entonaría codo al codo con sus fans. ¡Momento mágico fue ese!
El final llegaba con ‘Power to the Peaceful’ y un público completamente sudoroso que oscilaba los treinta años, nulos pubertos se veían, lo que hace pensar que las nuevas generaciones son ajenas a estos necesarios sonidos ¡Mal por eso!
Recientemente, la banda ha confirmado que ya se encuentran grabando su nuevo álbum de estudio junto a Matt Good, guitarrista de la banda From First To Last, por lo que posiblemente veamos a Justin, los Chris y Pat de nuevo en nuestro país.
Con más de 20 años de trayectoria y más de diez discos de estudio, Anti-Flag dejó en claro que el punk no ha muerto, está muy vivo gracias a ellos y aún falta mucho para que dejen ese estandarte.
Reseña por: Héctor Navarro. Fotografías: Rodrigo Cerda .
[penci_review]