El gran sueño de prácticamente cualquier persona es poder vivir de lo que ama. En el caso de los músicos, esto no es distinto y por ello, al comenzar una banda buscan la forma de llegar a más personas y lograr que su proyecto sea reconocido, viable y sobre todo, económicamente redituable. El dinero mueve al mundo, baby. Con dinero puedes permitirte dejar cualquier otra distracción y concentrarte exclusivamente a crear, desarrollar y potenciar tu arte sin estar preocupado si tendrás un plato de comida caliente sobre tu mesa el día de mañana.
Lamentablemente, los “metaleros” son una de las criaturas más lloronas que existen. Llora por todo y todo les arde, nada les parece y de todo se quejan. Pero entre todas las cosas por las que hacen berrinche una muy especial es que su banda favorita – o la que intenta denostar – “se volvió muy comercial”. O sea, para ellos, el hecho de que una banda tenga un éxito dentro del mercado, es alguna especie de pecado que le priva de cualquier clase de respeto e incluso le quita la mayor parte -o todo, depende del individuo en cuestión, del talento y potencial que podría llegar a tener.
No hay que olvidar que la música, incluyendo al rock y al metal, forma parte de algo llamado “industria del entretenimiento” que mueven miles de millones de dólares anualmente y es el sustento y forma de vida de millones de personas en todo el planeta incluyendo por supuesto a esos músicos que tanto admiras, no importa sí son extremadamente famosos o son artistas de nicho conocidos solo por un puñado de personas.
Hay que preguntarnos, ¿de qué y de quien vive y como subsiste esa “industria del entretenimiento”? La respuesta es lógica. La industria vive de aquellas bandas y artistas que le generan dinero, así de simple. Metallica, Iron Maiden, Rammstein, Black Sabbath, AC/DC, U2 y una no tan larga lista son las que generan los billetes suficientes para que todo se mueva y permanezca más o menos estable. Es por estas bandas gigantescas, que las disqueras, los medios, las marcas, los servicios de streaming, los promotores y mucho más, pueden tener los recursos para mantenerse activos y poder apoyar a los engranes más pequeños de la maquinaria. Sin ellos, no habría como mover las cosas, dales las gracias.
Incluso en cuestión de tendencias y fases iniciales para que a alguna persona le guste cierto género musical tienen un papel fundamental. Te aseguro que tú, quien esté leyendo esto, comenzó a escuchar rock con Pantera, Korn, Linkin Park o Limp Bizkit. ¿O me vas a venir a decir que desde que eras un niñito escuchabas a Darkthrone, Burzum, Nargaroth o Death? ¡Vamos! Deja de lado tu ridícula pose y acepta las cosas como son.
¿Por qué te arde? ¡Es simple mercado! Metallica es muy comercial y sin duda es mucho más importante que Megadeth, Anthrax, Slayer o Havok. Iron Maiden es muy comercial y es mucho más relevante que Saxon, Hammerfall, Anvil o los mismísimos Judas Priest. Rammstein es muy comercial y ha dejado más huella a nivel mundial que Kreator, Sodom, Helloween o Oomph. Black Sabbath es -o era- muy comercial y no hay quien dude su superioridad sobre Motörhead, Overkill o Death Angel. Y con decir que son bandas relevantes e importantes, nos referimos al contexto general de la cultura mundial, no a tus gustos personales y los de tus cinco amigos que buscan desesperadamente un poco de aceptación o sentirse especiales por “escuchar música que pocos han oído”. Eso no te hace especial, te hace patético y lo que tú necesitas no es escuchar música, sino terapia.
Arriba ya te nombramos bandas que seguramente están dentro de tu repertorio diario y que son extremadamente comerciales. ¿Qué te parece hablar de los cientos de millones de dólares que generan Tool, Iron Maiden, Ozzy Osbourne o AC/DC? ¡O aún mejor! Hablemos de los miles y miles de dólares que bandas como Emperor, Immortal, Venom, King Diamond o Behemoth cobran por cada presentación? Porque a la hora de cobrar, se les quita lo trve, por supuesto.
Una banda comercial no es mala solo por serlo. La calidad no va peleada con el número de discos que vendas, el número de boletos que compren para verte o la cantidad de dinero que inviertas para promover tu banda. La “calidad” es un ente infinitamente subjetivo que va atado a un sin fin de cosas que difícilmente alguien podría definir de manera coherente. El hecho de que una banda sea “mejor que otra”, tampoco es algo que podamos afirmar porque depende de muchas aristas, incluyendo el gusto propio de cada persona que la escucha. Para un amante del death, siempre será mejor banda Cannibal Corpse que Def Leppard.
Cada banda que existe, es un producto, quieras aceptarlo o no. Aún la banda más “underground” que nos puedas nombrar vende entradas a sus shows, vende mercancía, cobra regalías por su música y un largo etcétera. O bueno, al menos lo intentan. El hecho de que lo logren o no, dependerá exclusivamente si su producto es del interés del público o no. ¿O me van a venir a decir que existe alguna banda en el mundo que no quiere que su creación sea visto, escuchada -y comprado, claro- por el público masivo? Ay, por dios, no seas tan crédulo, McFly.
Así que la próximo vez que piensas en usar la frase “esa banda se volvió muy comercial” para intentar denostar el trabajo de cualquier banda, recuerda que esa banda que tanto amas también está tratando de serlo pero simplemente no lo ha logrado. Mejor ayúdales a lograr su sueño y compra una playerita de su marca.