Hay bandas que son de culto en la escena del metal internacional y que por diversas circunstancias sufren cambios de alineaciones o bien pausas por algunos años. Dichas bandas por lo tanto deben ser aprovechadas cuando hay oportunidad de verlas, pues no se sabe cuándo habrá una segunda oportunidad si es que la hay. Ese es el caso de Vomitory y parece la gente lo entendió en el HDX Bar, pues el aforo y el ambiente fueron excelentes y dignos de la visita de una banda leyenda del Death Metal mundial.
La noche metalera empezó con la participación de las bandas nacionales Evil Entourage y Vulgar Addiction. Ambas son proyectos consagrados y de gran poder en nuestro país, y con su pesado metal lograron llevarse los aplausos y hasta un wall of death por parte de los asistentes. Pronto el HDX luce un gran aforo (de hecho para este evento incluso se retiró el mobiliario habitual), y hay espacio suficiente para que la gente enloquezca cuando la banda estelar se presente.
Vomitory entonces hace su aparición en el escenario y sin protocolos previos hace explotar el foro con “The Voyage” seguida de “Gore Apocalypse”. De inmediato la gente demuestra que sabe a lo que vino y el tipo de banda que tiene enfrente, y el slam se abre en medio de la pista con golpes y empujones por doquier. En la barrera mientras tanto los fans se apretujan contra el metal agitando la cabeza al ritmo de la bestial “Ripe Cadavers”. “Estamos muy felices de estar aquí, vamos a tocar algo de nuestro primer trabajo” comenta en el micrófono Erik Rundqvist ante de ejecutar “Perdition”, para beneplácito de los fans más antaños. Y es que hay que admitirlo: es difícil encontrar rostros de personas que se vean menores a los 20 o 25 años; este sin duda es un show para conocedores de la vieja guardia del Death Metal.
El vómito de guturales y guitarrazos continua con “Revelation Nausea” “Regorge In The Morge” y “Madness Prevails”, y la gente ya sudorosa pero extasiada no deja de brincar de un lado a otro. “Me parece que a los mexicanos les gustan nuestras canciones rápidas, ¿quieren algo más rápido?” pregunta en la guitarra Urban Gustafsson quien es por cierto el único miembro fundador vigente en Vomitory. Ante la respuesta positiva los suecos dejan ir a toda velocidad “Rotting Hill” seguida de “Serpents”; ¡toda una campal sin tregua! Estamos ya escupiendo las vísceras ante tanta adrenalina pero Vomitory de verdad es una banda que no da un solo descanso, y al ritmo de “Terrorize, Brutalize, Sodomize” y “Primal Massacre” apretamos el estómago y seguimos dando todo en el moshpit. Un fan pierde su teléfono y en medio del caos otro fan lo levanta y se lo regresa, demostrando que la violencia es solo en el aspecto musical y que los honrados podemos ser más. “Esta es nuestra última canción de la noche pero antes de irnos quiero decirles que México está lleno de metalheads muy locos” comenta un emocionado Gustafsson para con “Chaos Fury” despedirse momentáneamente.
Vomitory regresa pronto a la tarima y ofrece tocar un par de temas más, y en medio de presentación las catapultas humanas lanzan a un fan al escenario que agita con locura su cabeza junto a los músicos hasta que es bajado por el personal del evento. Los suecos anuncian ahora si su retirada avisando tocarán el tema homónimo a su primer disco, y con “Raped in Their Own Blood” terminamos de expulsar las entrañas con una dosis suprema de Death Metal. Un concierto inolvidable que si no se repite, podemos quedar conformes de conservarlo en nuestra mente por siempre.
Todas las fotos por Paco Pérez
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