Destroyer 666 regresó a la CDMX con un aplastante concierto en el Salón Bolivar, al que convirtió en un trozo de averno donde sus fieles fans se deleitaron de la bestial presentación de los australianos en la tarima.
Es jueves y a pesar de ser un día laboral, la gente se va dando buena cita poco a poco en el recinto para disfrutar desde las primeras bandas, ante un escenario que ya espera a sus feligreses adornado con telarañas y cráneos humanos sobre las bocinas. Hell Desecrator desde Querétaro es la banda encargada de abrir la noche. Una propuesta de black metal muy joven pero fuera de lo común, con sus 3 cuerdas tocando delante de su baterista/cantante, y un sonido bien elaborado y potente. Canciones como “Evil Conjuration”, “Unholy Blasphemy” y “Bestial Sacrifice” son aplaudidas por la gente que reconoce su talento, hasta que con “Desecrator” dan final a su presentación: banda altamente recomendable. Ex-Inferiis es la siguiente banda de la noche, quienes con una propuesta más agresiva visual y sonoramente se ganan también a la ya nutrida audiencia del foro, aunque el efecto de eco cavernoso que tiene el micrófono es algo exagerado y no deja ni siquiera entender lo que la banda habla entre canciones. Buena propuesta y con gran sonido aunque consideramos su vocalista debe mejorar mas en sus agudos haciéndolos más trabajados y menos desafinados.
El momento del plato fuerte ha llegado y Destroyer 666 se posiciona en el escenario y abre con potencia con “A Breed Apart” de su EP “Terror Abraxas” lanzado en 2003. De inmediato todos aplauden a la banda pero en especial a la figura de K.K. Warslut, miembro original y único fundador vigente en el destructor infernal, quien luciendo un enorme tatuaje y una desgarbada barba y cabellera es un verdadero monstruo de voz rasposa al comando del micrófono. Sin embargo, hay que mencionar el hecho de que al terminar la canción y molesto por el flash, el bajista Felipe Plaza sin más se acercó y le pateo el teléfono a una fan, lo cual al momento ha sido aplaudido por muchos y criticado por otros. “Wildfire” a continuación es un tema potente a más no poder y que de hecho uno esperaría desatase el slam a todo lo que da. Sin embargo, hoy es de esas noches en las que los fans parecen preferir estar de pie moviendo la cabellera en lugar de entregarse a los bailes extremos, por lo que es el mar de largas melenas agitándose de un extremo a otro lo que adorna a esta gran canción. “Sons Of Perditions” por su parte es otro taladro auditivo inmisericorde que no deja de arrancar aullidos entre los asistentes.
Una entrada instrumental extensa y pausada hace su aparición, y poco a poco va acelerando hasta que cuando ya nos dimos cuenta esa leve brisa sonora se ha convertido en todo el huracán de bestial sonido llamado “I Am the Wargod (Ode to the Battle Slain)” Warslut pide un poco más de volumen en su micrófono pues quiere su voz retumbe en todo el foro, mientras que los demás músicos son un dejo de entrega desgarrando las cuerdas y aporreando los tambores de sus instrumentos al ritmo de “Live and Burn”, que con su ametrallante forma de repetir la última palabra del título durante el coro literal incendia las gargantas de los fanáticos. “Genesis To Genocide” y “Australian To Antichrist” mantienen la llama de la blasfemia y el poder más que encendida arriba en la tarima.
En la pista algunos fans pretenden iniciar un moshpit en temas como “Satan´s Hell”, pero sus intentos se ven frustrados de nuevo por el groso de personas que en cada oportunidad se mantienen inamovibles y cierran de nuevo el circulo impidiendo el pogo de los rijosos. Aún así un par de fans no dejan de buscar abrir el agujero y se azotan de un lado a otro, hasta que se cansan de verse necios ante la renuencia de la gran mayoría. De hecho, la adrenalina se convierte en religiosa atención cuando “Trial By Fire”, que es sin duda uno de los temas más melódicos y profundos de Destroyer 666, es ejecutado. “Black City-Black Fire” y la veloz y hereje “Satanic Speed Metal” ponen de nuevo el acelerador en la velada con todo y que por momentos el micrófono principal deja de escucharse; y finalmente “Lone Wolf Winter”, que queda perfecta con la manta enorme con la cara de un lobo infernal que adorna el escenario, da por finalizada la presentación. O al menos eso parece cuando prenden las luces y la música del lugar suena, pero resulta que al final los australianos deciden regresar y de nuevo entramos al ambiente del concierto.
Tras tocar un tema más lo cual es aplaudido por todos, Destroyer 666 está listo para despedirse pero quiere hacerlo por la puerta grande y para ello, que mejor que el cover a un verdadero gigante. Es así entones que el puño de hierro de “Iron Fist”, original por supuesto de Motörhead, termina por volver una locura el Salón Bolívar arriba y abajo del escenario. Es momento ahora si de partir y los australianos agradecen a la gente su asistencia retirándose de manera rápida; después de haber hecho arder en llamas el lugar con su abrasante show.