Tardaron 40 años en venir, ya solo queda Greg Ginn de la alineación original, pero ¡qué pinche energía la de Black Flag en Guadalajara!
Fue la primera vez y tal vez la única en que Black Flag toque en nuestro país y para fortuna de los tapatíos el pasado 30 de junio pudieron disfrutarlos gracias a Show No Mercy y al Foro Independencia, pero vamos por partes porque la noche tuvo desde aplausos ensordecedores hasta mentadas de madre para la banda.
Sí, sus mejores épocas ya pasaron, tienen un disco inédito en los últimos 30 años, el mismo Henry Rollins (uno de los anteriores vocalistas decantó a la oferta de reunión en el 2013 argumentando que era absurdo que se cantaran himnos anarquistas ante cientos de celulares filmándolos y que la reunión carecía de espíritu punk, solo era por dinero) pero todo eso no importaba ante la noche tan gloriosa que esperaban los asistentes, que de sobra está decir no habían nacido en el apogeo de la banda.
No había teloneros, así lo habían pedido los de California y luego de un somnífero dj, el grupo pisaba el entarimado de manera sigilosa, sin muchos aspavientos para dejar sonar el primer acorde de la noche con ‘Depression‘, seguida de ‘No values‘ y de ‘Fix Me’, logrando rápidamente el primer moshpit de la noche.
Al centro del escenario, contorsionándose de un lado a otro su frontman desde el 2014 el patinador profesional Mike Vallely, quien logra imprimir la furia vocal de Rollis, Morris y Reyes, antiguos vocalistas, pero con la voracidad que le da la juventud y los propios demonios internos.
‘Black Coffee’, ‘Room 13’ y ‘Gimmie Gimmie Gimmie’, marcaban punta en el siguiente set del show, para ese instante, los asistentes que habían llenado una tercera parte del recito, ya estaban bañados en sudor, y no dejaban de dar empellones y de trasladar el alma de mítico CBGB a Guadalajara.
Al extremo izquierdo, se posicionó Greg Ginn, el único miembro original de Black Flag, quien a sus 64 años sigue demostrando que el cuero es el que se arruga, no así el alma punk. Ginn, vestía unos deslavados jeans azules y poco contacto tuvo con el público -durante la interpretación de las canciones- no así con el resto de la banda, pues con una simple mirada orquestaba y alineaba a sus compañeros, no por nada ha sido su ‘bebé’ por cuatro décadas.
El concierto se hacía adulto y resonaban ‘Nervous breakdown’, el himno y más cantado del show ‘Rise above’ y ‘Louie louie’, para dar paso al encore, o al menos así lo pensábamos, ya que se había prometido un recital de más de dos horas. La gente esperó y esperó el regreso de Greg y compañía pero no sucedió, ante la rechifla y mentada de más de uno, sin embargo Ginn regresó para firmar autógrafos y tomarse fotos con su fiel fanaticada.
Reseña por Héctor Navarro en exclusiva para Summa Inferno.