El nombre de Joey Jordison de inmediato es asociado con la batería de Slipknot, banda que le dio renombre y lo posicionó en el mundo de la música dejándole un cómodo colchón para darle fama inmediata a cualquiera de sus múltiples y nuevos proyectos como Murderdolls, Vimic, y la banda que hoy nos ocupa: Sinsaenum. Una superbanda con miembros de otras bandas con reconocimiento ya ganado en la escena como Mayhem, Dragonforce y la extinta Chimaira que hace su debut discográfico con “Echoes Of The Tortured” lanzado apenas el 29 de julio de este año.
El oscuro y teatral intro de “Materialization” es la invitación a adentrarse en la maldad de Sinsaenum, para de inmediato y sin piedad ser devorado por la guturalidad de “Splendour and agony”. De todos los proyectos de Jordison, este sin duda levanta la mano como el más oscuro y cercano a las raíces del black y el death metal, con solos de guitarra como sierras y la teatralidad macabra y oscura del género que se hace presente en la introducción de “Excommunicare”, para después mantener la brutalidad auditiva con la blasfema “Inverted cross”.
“March” repite la dosis como un tema introductorio militarmente demoniaco para dar paso a “Army of Chaos”, que de hecho es el sencillo que la banda dio a conocer previo al lanzamiento del álbum y cuyo sonido es más cercano al death metal melódico. Todo el disco está prácticamente estructurado de esa manera: Un track instrumental que funge como preludio o prólogo de un gran tema teniendo así a “Redemption” como inicio de “Dead souls” o las oscuras campanillas de “Lullaby” que preceden al sonido pesado y rasposo de “Final Curse” y “Condemned to suffer” (única vez en el álbum que encontramos 2 temas vocalizados seguidos).
Sinsaenum es pesado y brutal, lo más que le hayamos conocido a Joey Jordison a través de su carrera. Canciones como “Sacrifice”, “The forgotten one” y “ Anfang des albtraumes” escupen la cara de los llamados “trves” que critican a Joey solo por haber pertenecido a Slipknot, y ponen al ex baterista de la banda de Des Moines, Iowa en un plano de composición y atmósfera digno de cualquiera de las bandas que los llamados metaleros de cepa disfrutan.
El sonido de la instrumental “Mist” que nos hace pensar que seguramente así se sienten y escuchan las atmosferas que rodean el averno nos sumerge en “Echoes of the tortured”. Estamos hablando del track 19 del álbum y el penúltimo como canción en sí, y no hay ningún desmerecimiento en la recta final. El masacrante sonido de Sinsaenum se mantiene y te invita a agitar la cabeza demencialmente. A estas alturas alguien muy exigente podría decir que la fórmula del disco es repetitiva y que sus canciones suenan muy parecidas en general, pero seamos sinceros: ¿A qué banda de black metal (pura o con influencias mínimas del genero) conocen que no le pase lo mismo?
“Emptiness” es el último aviso instrumental y el viaje a lo más infernal que ha salido de las baquetas de Joey Jordison está por concluir, y el cerrojo viene con “Gods of hell”, una canción que baja un poco sus revoluciones sacrificando velocidad en tono de despedida, pero sin perder pesadez ni poder gutural. Un gran disco y una sorpresa sin duda alguna. La recomendación: Vayan y pónganle “Echoes of the tortured” a su amigo el más “trve”, el más malote y –según- más conocedor de las bandas que el mismo cerbero regurgito en las puertas del averno y dejen que lo disfrute, para que después le provoquen un derrame de bilis del coraje de saber que es un proyecto más del ex-bataco de Slipknot.