Los maestros ingleses del Dark Cabaret The Tiger Lillies regresaron a la Ciudad de México de la mano de la productora Yellowshark y teniendo como sede el Circo Volador, sede que con sus focos colgantes al estilo circense fue el marco perfecto para este evento que dicho sea de paso fue todo un exitoso sold out.
A las 9 de la noche y sin acto de apertura el escenario se llena de neblina y The Tiger Lillies abre su show con “Roll up”, para después en “Murder” alocarse con una melodía enferma en la que Martyn Jaques se desquicia maullando y ladrando. “Danced All Night” pone a todos a bailar y luego en “Mummy” Martyn deja descansar un poco el acordeón para irse a tocar el piano de forma macabra. Total que si no es el acordeón o el piano es un pequeño banjolele pero este loco multinstrumentista tiene hipnotizada a la gente con su versatilidad, y así el concierto continua con “Pretty Lisa”, “Gin”, “Palace Of St James”, “Terrible” y “Alone With The Moon”. El humor negro y grotesco es por supuesto el ingrediente que no puede faltar, y es así que por ejemplo “Hamster” es acompañada de sonidos que semejan gemidos o flatulencias.
“Weeping Chandler” y “Boatman” son tocadas ahora, y si bien ya hablamos de Martyn, el otro multinstrumentista no se queda atrás: el espigado y delgado Adrian Stout es también todo un show aparte y verlo alternar el contrabajo con la sierra musical es también alucinante; incluso cuando en “Drunken Sailor” su contrabajo falla y de inmediato improvisa el reemplazo con la sierra lo que le dio un sonido distinto y espectral muy disfrutable a la canción. Y finalmente tenemos que destacar claro a Jonas Golland en la batería, quien con todo y un solo de su instrumento en el que aporreó los tambores de forma hereje con un enorme crucifijo se dejó lucir dándole ritmo a canciones como “Bad”, “Sweet Suicide”, “Bully Boys” y “Start A Fire”. Es de verdad de admirarse la entrega y pasón con la que la gente coreaba, bailaba y brincaba cada tema en las partes movidas o se quedaba casi hipnotizada en las atmosferas más oscuras y lentas: Tiger Lillies simplemente los hizo suyos. Fue así que el show siguió avanzando con grandes clásicos como “Crack Of Doom”, “Flying Robert” y “Souvenirs”; para que la invitación a la perdición en el vicio con “Heroin” y a arder en el infierno con “Hell” cerraran esta primera parte del show.
Tras una breve pausa Tiger Lillies vuelve y toca otro tema, y es aquí donde una fan les regala un macabro pero muy bien hecho muñeco que la banda recibe con afecto e incluso lo sienta en uno de los escalones que dan a la batería como si de un invitado especial se tratara. El cabaret siniestro está a punto de terminar, pero tras otra pausa los londinenses vuelven y con “Heroin & Cocaine” se despiden ahora si entre aplausos. Los músicos todavía se quedarían en un stand dentro del recinto colocado casi cercano a la salida para tomarse fotos y firmarle artículos a sus fans, en lo que fue sin duda una redonda noche llena de maldad, sarcasmo y mucho humor negro.
TODAS LAS FOTOS POR ALFREDO ALV
