Hay pocas veces en la vida, en las que te puedes encontrar con alguien a quien realmente admiras. En mi caso, una de esas personas es Maynard James Keenan, el hipnotizante cantante de Tool, A Perfect Circle y Puscifer.
Keenan, un oriundo de Ohio ha dado la vuelta al mundo como el líder de tres de las bandas más impactantes del planeta y a conquistado al planeta a través de sus líricas y su voz inconfundible; sin embargo, a mi me tocó conocerlo a través de otra de sus facetas: el agricultor. El empresario. El hombre detrás del vino de los desiertos al sur de los Estados Unidos.
El recorrido por Caduceus Cellars comenzó muy temprano por la mañana, y bajo el sol recorrimos las instalaciones – aún en construcción de un amplio desarrollo ecoturístico que Maynard espera tener en funcionamiento a finales de 2022 y debo decir que que pinta bastante bien. El futuro visitante podrá disfrutar de un restaurante, bar, una interesante cata de vinos [de la casa, por supuesto], música en vivo y una experiencia que te permitirá conocer el proceso artesanal que sufren las uvas para convertirse en vino. Todo esto con una hermosa vista a sus campos agrícolas llamados Merkin Vineyards.
Maynard es bien conocido por la dedicación que les da a sus proyectos y como entra en los detalles de la manera más meticulosa posible, de una forma casi maniaca.
Como profesión, soy ingeniero agrónomo, por lo que el tener la oportunidad de recorrer sus campos de uvas mientras me explicaba de manera concreta el proceso completo de la fabricación de su producto, fue casi tan maravilloso como verlo en concierto. Con enorme paciencia, me enseñó las variedades genéticas que maneja para sus vinos, las cuales provienen de Francia, Italia, España y Argentina.
Keenan conoce el cultivo como la palma de su mano. Siendo el jefe, bien podría meterse a su oficina y descansar, pero en vez de eso, está involucrado en todos los procesos que conlleva la producción; desde el desarrollo en el campo hasta el embotellamiento. Además, personalmente ha apoyado a las escuelas técnicas de vinicultura de la zona, permitiendo a los estudiantes aprender en su propiedad, lo cual le ha ganado el amor y respeto de los habitantes de la ciudad, sobre todo aquellos de los que se dedican a esto.
Caminamos por Cottonwood hasta llegar a Merkin Osteria, que es una continuación de todo este proyecto; un restaurante donde se puede degustar una comida italiana riquísima, herencia de sus antepasados -sobre todo, del lado de su madre, Judith Marie Keenan-, además ds todos los vinos fabricados por la marca y como poster, un buen gelatto, ¿qué más se puede pedir? Sobre todo cuando la comida se acompaña con una plática con el Big Boss, hablando sobre las dificultades de crear un proyecto de este tamaño, al mismo tiempo que planea giras con sus bandas alrededor del planeta y además, grabar nueva música en el estudio de grabación.
“Esto, todo lo que ven, está forjado con sangre y con vino”, me dijo al mismo tiempo que me presumía la enorme cantidad de premios internacionales que su producto ha ganado. Y es que ha decir verdad, dejando de lado mi fanatismo por su figura como rockstar, su vino es bastante rico. ¿Mi recomendación? Cuando tengas la oportunidad prueba el Naga, Sancha, Shinola Orancla y claro, Judith.
El día terminó y tuvimos que partir de regreso a Jerome, un viejo pueblito fantasma en medio del desierto de Arizona y que alberga la tienda principal de Caduceus Cellars. La experiencia había terminado y yo me quedé pensando sobre todo lo que pude platicar con ese hombre, que a pesar de todo lo que ha logrado, intenta siempre ir más allá y ayudar a su comunidad a la vez que cumple sus sueños, sin importar si le cuesta sangre y mucho vino.
Por Miguel Fonseca en exclusiva para Summa Inferno.