Existen grupos legendarios que son ícono e inspiración para muchas de las bandas más famosas del planeta, pero que permanecen un poco mas en las sombras y en el ámbito del culto en comparación con el boom comercial de los grupos a los que influenciaron. Killing Joke es sin duda un ejemplo claro de este tipo de fenómenos, ya que con 40 años de carrera pueden presumir que su música ha sido base para que proyectos como Ministry o Nine Inch Nails suenen a lo que suenan. Por ello y teniendo en cuenta que era su primera vez en nuestro país, la cita en El Plaza Condesa adquiría un carácter de imperdible y muy probablemente irrepetible.
Lord Fer, vampírico y famoso personaje de la escena under nacional, sería el encargado de mezclar melodías de post y after-punk antes de comenzar el acto estelar, y ponernos a degustar una buena cerveza al ritmo de Eyaculación Postmortem y otras bandas similares que su tornamesas llena de veladoras nos regala. Pasados unos veinte minutos después de la actuación del taciturno DJ, poco a poco los músicos de Killing Joke toman su lugar en el escenario.
Pero no es sino que hasta que la figura de Jaz Coleman se hace presente en la tarima que los gritos de emoción de la pista adquieren carácter de ensordecedores. El setlist abre con “Love Like Blood” y hay que decirlo: Todo El Plaza está celulares arriba intentando llevarse la mejor foto o el video más nítido de este inicio de show, donde además y contrario a la costumbre tuvimos la presentación de cada uno de los miembros de la banda la cual suele hacerse al final. Una manta con la leyenda “Moshpit Zone” se levanta en medio de la pista, y ahí se congregan los amantes de los bailes extremos que después del hipnótico inicio se dan un agasajo de adrenalina con el poder de “European Super State” y “Autonomous Zone”, y que de hecho no para con el viaje en el tiempo de “Eighties” y su sonido punk crudo.
Vale la pena detenerse en describir al demonio de frontman que tenemos ante nuestros ojos. Y es que Jaz Coleman es un personaje al que solo le basta un maquillaje profundamente negro alrededor de los ojos estilo Alice Cooper para atrapar tu vista con sus teatrales gesticulaciones sumadas a movimientos irreverentes y sorpresivos. Su abrigo negro (y hay que admitirlo, prominente abdomen) van de un lado al otro con el ritmo de “New Cold War” y “Requiem”; para luego sorprendernos con “In Cythera”, un tema que no era tocado en vivo desde marzo del 2012 y que de hecho es una rareza en sus sets ¡Todo un honor escucharlo! “Bloodsport”, “Butcher” y el poderoso tema “Loose Cannon” son las melodías que mantienen a la carcajada asesina retumbando en cada rincón del foro, en el que es un momento musical más enfocado al darkwave y los ritmos más oscuros y experimentales de Killing Joke.
“¿A quien le gusta el alcohol? ¿Y las drogas? Sabemos son divertidas pero también sabemos pueden convertirse en un laberinto” pregunta Jaz Coleman a la audiencia, antes de interpretar “Labyrinth”. Y luego argumentando que todo el mundo es una maldita corporación, los ritmos pesados del industrial se hacen presentes activando de nuevo los pistones del slam en la pista con “Corporate Elect”; y la gente se vuelve loca con esa descarga brutal. Y entonces uno de los momentos mas poderosos de la noche se da cuando el grito de “Asteroid” se hace presente en El Plaza, y un wall of death entre los fans genera una colisión brutal en la pista con ese tema que – en palabras de Jaz – es como la erupción de un volcán. La noche sigue su curso y con “The Wait” y “Psychee” que no dejan de poner a brincar a todos los fanáticos, se da por terminada la primera parte del show con una muy breve y casi imperceptible pausa.
“Change” y “Primitive” marcan el regreso de Killing Joke a continuar el setlist y el público sigue feliz aplaudiendo y bailando, y poco a poco el eco de la carcajada musical va a llegando a su fin. Sin embargo, todavía tenemos tiempo de mover las piernas con el pegajoso bajeo y ritmo bailable de la danza bélica de “Wardance”; y para concluir el inolvidable evento los británicos convierten el lugar en un hervidero de emociones con “Pandemonium”, con la que entre aplausos y con los brazos arriba la gente despide a la gran leyenda. Tristemente y al ver la hoja del setlist nos encontramos con que en el papel estaban listas para también ser tocadas “SO36” y sobretodo ” The Death Resurection”, tema demasiado esperado y pedido por la gente pero que al final nunca llegó. Una lástima que al final no hayan sido ejecutadas.
Una noche inolvidable y sin precedentes que trató de resumir mas de 4 décadas de trayectoria en una sola velada, y que tal y como ha sido la historia musical de Killing Joke no tuvo empacho en llevarnos de un lado a otro en contrastes musicales impetuosos: Del punk al synthpop y de ahí al industrial; para hacer escalas en el new wave o el post punk y luego de regreso al rock gótico y al darkwave. Sin duda un concierto que si lo viviste debes presumir estuviste ahí, y si no lo hiciste deberías darte de topes por haberlo dejado pasar.