ESKORBUTO: Entre el punk y el portazo

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Existen muchas bandas a las cuales se les cuelga el mote de leyenda aun sin merecerlo, pero también existen algunas otras que por la influencia, la historia y todo el legado que han dejado en el mundo de la música se ganan este titulo a peso de plomo sin discusión. Una de esas bandas es Eskorbuto, una banda con una historia maldita, llena de excesos y sin poses; que retando incluso a la muerte sigue viva de la mano de Pako Galán –baterista y único sobreviviente de la alineación clásica- y que regreso a México a una década y un lustro de aquel 1991.

El salón Azaros, un lugar poco conocido y algo lejano de los venues tradicionales fue el sitio elegido por los organizadores para realizar el histórico concierto. Una barrera enorme de madera cubre la entrada del recinto para tratar de evitar incidentes, y desde las 3 de la tarde muchos punks van ingresando al lugar para ver a las primeras bandas, mientras un puñado más grande de tipos con estoperoles y crestas de colores en la cabeza espera afuera bebiendo cerveza en la acera.

La fiesta punk comienza con una avanzada de bandas punk locales como 1910, Triste Edén, Migraña Social y Muertos por el Sistema. A continuación una leyenda de los carteles de rock-punk urbano, Grafiti3X sube al escenario, y es en la presentación de esta mítica banda cuando un estruendo se escucha a la entrada y la gente de la seguridad se moviliza: Una estampida de punks arremete contra la barrera y el zaguán del salón Azaros y el portazo de proporciones bélicas es inevitable. La gente de seguridad se quita sus playeras fosforescentes distintivas para no ser agredida, y a pesar de tener que lidiar con uno de los públicos mas difíciles que puede haber, en ningún momento deja de hacer su trabajo.

La fiesta punk tiene ahora si un ambiente malviviente y urbano, con olor a diversas sustancias inhalables o fumables. El festival continúa con Autarika y Convulsiones, en una velada en la que los mensajes contra la situación magisterial en Oaxaca o las reformas políticas son una constante, para después poner la alfombra roja a 2 bandas consagradas de la escena como lo son Vomito Nuclear y Garrobos, que consiguen los slams mas agresivos y violentos de la noche con temas como “Vomito Nuclear” o “Sacude el Craneo”; respectivamente. Terminada esta parte del show, la banda estelar ya debería aparecer, pero no ha llegado. A mi lado una pareja punk se agarra a golpes y cachetadas porque ella se termina un porro sin darle a el, y en general el ambiente se pone hostil pues los punks son malos para esperar. La banda vasca no arriba e incluso Migraña Social tiene que volver a salir e interpretar unos temas para mantener al público distraído.

Por fin, la leyenda se hace presente en el escenario. Pako Eskorbuto no tiene que hacer nada extraordinario: Basta con que se pare y levante la mano saludando para que todos los punks se desvivan en aplausos y arengas. “Ya no quedan mas cojones, eskorbuto a las elecciones. Para vivir alegre y contento, eskorbuto al parlamento” se escucha desde el micrófono, y el renovado Eskorbuto compuesto por Pako, Alik Kalaña y Naty Penadas arranca la masacre con “Maldito País”.”Ratas en Biskaia” “Cerebros Destruidos” e “Historia Triste” son las canciones que continúan en el setlist y no hay punto en el Azaros en el que no hayan punks bailando y brincando, o por lo menos tratándose de mantener en pie y levantando el puño.

Una triada de canciones compuesta por “Adiós Reina Mía”, “Antes en las Guerras” y “Rogad a Dios por los Muertos” baja un poco las revoluciones aguerridas y se presta más para un poco de baile urbano, mientras muchos punks chulean y le chiflan a la guapa Naty Penadas que sonríe y agradece pero sin dejar de rasguear la guitarra. Sin embargo, con “Sociedad Insociable” y sobretodo con el eterno clásico “Mucha policía, poca diversión” la locura anárquica vuelve a desatarse, y se mantiene con otros grandes himnos como “Ha llegado el momento”, “¿Dónde está el porvenir?” y “Eskizofrenia”; todo ello a pesar de que la presentación tiene que detenerse unos minutos por una falla en el audio que no permite escuchar los instrumentos, pero que es reparada rápidamente.

 

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”Esta canción se la dedico a todos los que les fascina estar viendo la tele” dice Alik Kalaña al micrófono sin soltar el bajo, y comienza a cantar “Os engañan”, para a continuación interpretar “Mierda, Mierda, Mierda”. Alik conoce a la perfección lo que representa Eskorbuto, pues el formo parte de la agrupación en la grabación de los álbumes editados entre 1995 y 1999.

Ver a Pako Eskorbuto en la batería es ver leyenda viva. El único que se salvo de la vida tipo “Vive rápido, muere joven” de la que sus compañeros Iosu y Jualma nunca pudieron -o quisieron- salir. Es un hombre de pocas palabras y un físico poco impresionante, pero que enmascara a un verdadero sobreviviente del punk crudo y de verdad. Y hablando de los compañeros, es momento de tocar “Cuidado” la cual lleva como siempre una dedicatoria especial a los finados músicos. En “No quiero cambiar” el publico continua disfrutando la velada y en el moshpit un orgulloso padre carga a su pequeño en los hombros, el cual debe tener la edad que tendría su padre cuando Eskorbuto visitó nuestro país en 1991. Las leyendas nunca mueren cuando trascienden de generación en generación.

El momento de despedirse se acerca, y entonces la autonombrada banda mas honesta del mundo decide desatar el tema mas rabioso, agresivo, violento y brutal de la velada: “Anti-Todo” suena y no hay punk que no le entre a los golpes, patadas, piquete de ojos y cuanto golpe se pueda. Todos contra todos como lo dice la canción, ¡sin duda un momento totalmente punk!. Eskorbuto se despide, pero ante la insistencia del publico regresa para tocar “Escupe la Bandera”, mientras un fan agita una enorme bandera negra en el escenario dándole el marco perfecto al final de la presentación.

El renovado Eskorbuto agradece y se toma la foto del recuerdo con los fans detrás antes de despedirse. Afuera del lugar 2 punks se pelean y estrellan la cabeza contra una camioneta por algún malentendido, y el ambiente punk se sigue respirando. El tren con destino al infierno versión 2016 ha partido, pero su escala en México quedara marcada por siempre en la historia.