Hablar de los 70´s parece ya algo muy lejano, prácticamente como una época de la que la memoria nos llega en tonos sepia a la cabeza y en la que se vivía un mundo totalmente distinto que nuestras generaciones difícilmente podrían entender y viceversa. Pero es justo de ese hueco en el tiempo que cuatro androides robóticos fabricados en Alemania siguen causando furor hasta nuestros días al grado de lograr sold out en un foro que muchos proyectos actuales de moda no consiguen, y que su estilo atemporal de hacer música los ha puesto en status de leyendas vivientes. Estamos hablando claro de la visita de los legendarios Kraftwerk.
Pioneros de la música electrónica e influencia directa de bandas como Depeche Mode, Daft Punk, Chemical Brothers y muchos proyectos enormes más, los músicos hicieron gritar a la gente desde que la pantalla gigante detrás del escenario se puso en rojo con la silueta de los cuatro integrantes en pixeles estilo atari. El evento con “Numbers”, que de inmediato mostraría una pantalla negra con dígitos verde fosforescente de la época de las computadoras analógicas y hablando de computadoras, posterior a ello tendríamos una tercia de temas que hacen mención de estos aparatos en sus títulos: “Computer World”, “It´s More Fun To Compute” y “Fun Computer”; para que luego la pantalla mostrara una vista desde el espacio exterior al ritmo de “Spaceworld” in which Kraftwerk tuvo el detalle de hacer parecer su ovni aterrizaba en México y pasaba por el zócalo hasta mostrar al final la nave estacionada fuera del Pepsi Center. “Airwaves”, “Tango” y la muy coreada “The Man-Machine” continuaron una noche en la que el sonido y el poder de los visuales dejaron ver que el verdadero poder de Kraftwerk es sus presentaciones en directo. Era así como desde jóvenes hasta gente ya de una edad considerable bailaba sin reparo y de manera mecánica canciones como “Electric Café”, el paseo en carretera de “Autobahn” and “Computer Love”.
La pantalla ahora se llenaría de imágenes de bellas damas rebosantes de glamour, y “The Model” llenaría el foro de surrealismo y beats que bandas del calibre de Rammstein han hecho tributo, para luego mantener la noche a tope con “Neon Nights”. Posterior a ello la pantalla mostraría en letras gigantes los nombres de poblados afectados por desastres nucleares, el símbolo de la radioactividad en grande e incluso la simulación de átomos chocando hasta provocar una fisión: Así es, ¡“Geiger Counter” and “Radiactive” en todo su esplendor señores! De ahí Kraftwerk no escatimaría en grandes clásicos y nos llevaría a tomar nuestra bicicleta para completar todas las partes de “Tour De France“, subir a toda velocidad al riel del “Trans-Europe Express” ligado a “Metal On Metal” and "Abzug“; y cerrando de forma momentánea la noche con las imágenes de los miembros de la banda hechos androides en “The Robots” and “Robotronik”.
Tras una muy breve pausa Kraftwerk regresaría al escenario para volarnos la cabeza con la maravillosa “Planet Of Visions” para luego deleitarnos ejecutando de forma continua “Boing Boom Tschak”, “Techno Pop” y “Music Non-Stop” como cierre ahora sí definitivo. Los músicos dejaban el escenario y se quedaban ahí sus cuatro solitarias consolas que por sí mismas se han convertido en todo un ícono de la cultura electrónica mundial. No cabe duda que el legado de elegancia y lo adelantado que Kraftwerk estuvo a su tiempo, son cosas que los convierten en totales leyendas vivientes.
Fotos de Lili Estrada, cortesía de Ocesa