Una banda consentida en México regresó al Cosa Nostra MX a dejar en claro por qué son tan venerados y tienen siempre a muchos fans esperando su regreso. Nos referimos a los canadienses de Skull Fist, quienes esta vez vinieron acompañados por otra enorme banda como lo es Night Demon y que en conjunto nos regalaron una noche inolvidable de heavy, thrash y speed metal de alto voltaje.
Una triada de bandas nacionales integrada por Brutal Squirt, Snow White y Save Me abre el show y va prendiendo los motores de la noche. Particularmente en esta última ya hay un mayor aforo y el ambiente prende bastante con los capitalinos quienes tienen una respuesta muy buena con temas como “Bullet Proof” (inspiración cineasta como bien lo explican), “You need to know” y “The Ride”; demostrando por qué fueron elegidos para este maratón de metal virtuoso.
Llega el momento de los platos fuertes de la noche, y Night demon desde EU hace su aparición robando el aplauso de mucha gente ansiosa por dejarse llevar por su enorme poder. Y es que los norteamericanos son de esas bandas que no importa si prácticamente no los conoces, es la primera vez que los oyes o eres fan de su música: Desde el inicio con “Screams in the Night” su brutalidad aplastante y su poder es envolvente, y hacen que el slam se desate con temas como “Curse of the Damned” y “Mastermind”. Jarvis Leatherby es un demonio real en las vocales y la noche cierra con el tema homónimo al nombre de la agrupación, previa aparición de una parca entunicada con una copa en la mano como parafernalia. Night demon se lleva aplausos y gritos de aceptación, y demuestra que tiene tanto poder y presencia como la banda estelar y más esperada.
Con una muy buena entrada en cuanto al aforo se refiere, ya los gritos de “Skull Fist, Skull Fist” resuenan en el Cosa Nostra MX, y los canadienses toman por asalto el escenario de golpe con “Mean Street Warior” para una vez terminada, presentar a Jerry, vocalista de la banda mexicana Voltax como cantante invitado ante la lesión en las cuerdas vocales sufrida por Zach Slaughter, vocalista y guitarra líder de la agrupación. Con un tono algo más grave y menos estridente que el de Zach, lo cierto es que Jerry no desmerece para nada y da una cátedra con su poder de recital en temas como la veloz “Head of the pack” o “Your Gonna Pay”. Es muy curioso ver como entre canciones la gente bromea y pide “Acero inmortal” original de Voltax, dando testimonio del arraigo que esta banda tiene ya en la escena mexicana.
Un sonido de riff que asemeja un motor que va encendiendo y luego crece poco a poco sirve como preludio para “Hour to Live” y esa promesa implícita de jamás dejar caer a alguien, para después entrar al metal de corte más ochentero con “Ride the beast”. Es de verdad impresionante como los fans no dejan de mover sus cuellos y agitar sus metaleras melenas de principio a fin en cada canción mientras la corean haciéndome sentir en medio de un mar de rehiletes de cabelleras largas, demostrando el poder de convocatoria de Skull Fist que no da descanso alguno y sigue su presentación con “Chasing the Dream” y “Commit to Rock”
El ambiente es inmejorable y el sonido exquisito, y ahora es tiempo de recibir de lleno el puñetazo en la cara que es “Get Fisted”, una de las canciones más esperadas de la noche y en la que la batería de JJ Tartaglia no deja de aporrear un solo instante al eufórico público. Todo ello mientras que el cigarro que sobresale de la boca de la calavera impresa en la manta de fondo expulsa humo dándole ese toque de parafernalia característico de un show de heavy metal. “Bad for Good” es una canción más fresona, cercana al hair rock, que sin embargo es cantada con pasión y entrega por metaleros y metaleras por igual, mientras que Zach Slaughter y Jonny Nesta en las guitarras o Casey Slade en el bajo, se alternan para subir al equipo de sonido y tocar sus cuerdas desde las alturas, es de destacar de verdad la energía y disposición con la que los músicos se presentaron en este concierto.
Con “Sign of the warrior” los canadienses abandonan unos minutos el escenario, para después dejar a Tartaglia regresar a los tambores y tras un breve solo todos los miembros de Skull Fist se integran en una introducción instrumental que da paso a la exigida por el público “No False Metal”, en la que como ya es tradición el solo de guitarra lo tocan Zach cargando en sus hombros a Jonny, haciendo gala no solo de virtuosismo sino de equilibrio. La calavera ha soltado el último puñetazo de speed metal de la velada, y los canadienses se retiran eufóricos y felices dejando a sus fans más que satisfechos.