La pandemia trajo consigo la desgracia al mundo en muchos sentidos; sin embargo, para algunas personas, sobre todos a aquellos que se dedican al complicado mundo de la música, les permitió -de manera forzosa- tomarse un respiro e impulsar su creatividad. Este no fue el caso de Richard Kruspe, conocido por ser el guitarrista del combo industrial alemán Rammstein y quien al verse encerrado en su casa en Berlín, cayó en una profunda depresión que incluso lo llevó al borde del retiro.
En la esperanza de volver a encontrar un motivo para continuar, desempolvó viejos archivos que tenía guardados desde hace dos décadas, para darles nueva forma, un nuevo camino y al final, darse a si mismo la oportunidad de ver que valía la pena. El resultado de su búsqueda, es ‘The Persistence of Memory’, el cuarto álbum de su proyecto alterno Emigrate.
Por sus mismas características, ‘The Persistence of Memory’, es un álbum peculiar. Se trata de una colección de nueve temas que fueron escritos en tiempos y situaciones tan diversas en la vida de Kruspe, que no alcanzan a sentirse como parte de un “algo homogéneo”, pero que aún así, funcionan de alguna manera correcta. Solo correcta, más lejos de ser realmente buena.
Es cierto que si bien canciones como ‘Freeze My Mind’ or ‘I’m Still Alive’, son muy pegajosas y facilonas, no terminan de dar el golpe de calidad para convertirse en un himno. De hecho, ninguna de las canciones del álbum lo hace. Incluso, algunos temas no tienen siquiera razón de ser como la nueva versión de ‘Hypothetical’, que se escucha mucho mejor con Marilyn Manson.
Como siempre, el tema de la producción es impecable -como básicamente cualquiera cosa que lleve la palabra Rammstein o sus satélites-, la cual estuvo a cargo de Sky Van Hoff, quien le da un toque de modernidad al disco.
‘Blood Stained Wedding’ y la muy promocionada versión de ‘Always in My Mind’ junto a su compañero Till Lindemann son de los puntos más altos del álbum.
Uno de los puntos más flojos de Emigrate desde sus inicios, es la voz de Kruspe, quien a pesar de haber mejorado en sus habilidades, no termina de cuajar como cantante, algo que es bastante notorio y provoca que se escuche sobreproducida. “Le echa mucho autotune”, dirían muchos.
En términos generales, podemos decir que ‘The Persistence of Memory’ es un álbum cumplidor, pero lejos está de ser el mejor trabajo de Kruspe al frente de Emigrate. Se siente como una recopilación de “lados B”; temas que no eran suficientemente buenos como para ser parte de sus anteriores producciones y que ahora intentan tener una segunda oportunidad, sin lograr lograr su cometido del todo.
‘The Persistence of Memory’ es un álbum disfrutable, pero nada sobresaliente. Un álbum lanzado en la desesperación de un Richard Kruspe perdido que ansía volver a encontrar una guía y si logró su cometido, entonces es suficiente, pero nada más que eso.