El crear un disco conceptual que narre una historia de principio a fin es un riesgo que pocas bandas toman. Si a esto le sumamos la decisión de hacer una gira para tocarlo íntegramente en vivo sin ningún otro éxito presente en el setlist, el riesgo es aún mayor. Y si para acabar lo tocan con una producción visual de pantallas gigantes que va narrando la historia con el grupo tocando en vivo como un soundtrack viviente, lo que nos queda es Dream Theater y su gira actual promoviendo su decimotercer álbum, “The Astonishing”.
Un Pepsi Center repleto de butacas recibió a los fans de la banda, quienes desde un inicio fueron advertidos de que por petición del grupo estaba prohibido tomar fotografías o video con cualquier tipo de dispositivo, no importando si era la cámara Nikon más avanzada o el celular con la calidad más aborrecible. Los miembros del grupo de seguridad se tomaron muy en serio la orden y como centinelas corren a hacer que el osado que se atrevió a sacar su dispositivo y fue descubierto, lo guarde de inmediato. La banda quiere que la gente se sumerja completamente en el show que están a punto de presenciar, pero tristemente parecen estar más enojados porque no tendrán un video pésimo que presumir.
En punto de las 9 de la noche, el escenario apaga sus luces y los pendones rojos con el logotipo de la banda desaparecen. Las pantallas encienden y de inmediato los NOMACS, unos siniestros robots esféricos protagonistas del cuento se dejan ver. Es así como comienza el mágico show audiovisual de The Astonishing, donde con el prólogo de “Dystopian Overture” seguido del inicio en sí de la novela con “The Gift Of Music”, la banda nos lleva de la mano por una experiencia audiovisual única. Una obra de teatro digital con un soundtrack en directo que a través de las 34 canciones tocadas, divididas en 2 actos y un encore nos hace vivir la historia de Gabriel, el único individuo con la magia para derrocar al terrible imperio del emperador Nafaryus quien con la ayuda de los mencionados robots, ha creado un mundo desolador y gris.
Las canciones son el acompañamiento perfecto en cada escena, con temas melodiosos y sublimes como “Ravenskill” donde Faythe, hija del malvado emperador crea un lazo con Gabriel a escondidas, o temas estruendosos y potentes como el que musicaliza el asesinato de Arhys (dirigente de los rebeldes y hermano de Gabriel) a manos del príncipe Daryus, hermano de Faythe. Es de verdad como estar en una ópera futurista. Lo mejor es haber entendido el cuento desde el principio y dejar que las potentes cuerdas de John Petrucci and John Myung establezcan la atmosfera necesaria para que la voz de James Labrie haga de juglar contándonos cada momento del mito. Me arrepiento de no llevar el relato impreso y seguirlo tema a tema como si de un futurista audio libro se tratara.
Un show de casi 3 horas de duración, único en su clase, con la banda dando todo de sí para crear una experiencia inolvidable deja a todos los asistentes contentos. Jordan Ruddes parece un piloto más en una extraña nave con su aparatoso y futurista teclado que se inclina a un lado y a otro, y aunque los fans acérrimos defienden que sin Mike Portnoy en las baquetas Dream Theater ya no es igual, lo cierto es que la ejecución en la impresionante y descomunal batería a cargo de Mike Mangini no demerita en lo más mínimo.
Momentos clave de la narración como el encuentro de Gabriel y el emperador en un teatro abandonado descrito en “The Road To Revolution” que de hecho da por terminado el primer acto, el asesinato por error de la princesa Faythe a manos de su hermano en “The Walking Shadow” y sobretodo el momento en el que James Labrie pide a los asistentes ponerse todos de pie y levantar las manos y cantar como lo hace la gente del pueblo en la novela para alentar a Gabriel y que recupere su poder en “Hymn Of A Thousand Voices” son picos altos y sublimes del show, el cual termina con “Astonishing” que narra el descenlace feliz de la historia donde el emperador se redime e integra un nuevo orden que da esperanza al mundo futuro, libre de los NOMACS para siempre.
Las luces se encienden y de súbito regresas a la realidad. Ya no estás en el poblado de Ravenskill ni en el gran Imperio del Norte, sino que has regresado de la fantasía y estas de nuevo en el Pepsi Center. La banda se va vitoreada y aplaudida por todos y Dream Theater nos ha regalado haciendo gala de su nombre, una noche de teatro de sueños y aventuras de ficción sencillamente inolvidable. ¿Y las canciones clásicas de la banda? Ya habrá otra oportunidad de escucharlos en vivo pues seguramente la próxima gira el telón de los gigantes del progresivo se abrirá de nuevo para nuestro país.