Dentro del Black Metal sinfónico existe una gran cantidad de bandas que con ese recurso orquestal le dan mayor cataclismo a su música, pero pocas logran tener un alto nivel de teatralidad como Carach Angren, quienes con sus letras de cuentos de horror se distinguen de entre lo habitual.
Para esta ocasión, This Is No Fairytale narra una historia de 2 niños que experimentan una pesadilla, en una especie de giro macabro del cuento de Hansel y Gretel. El título del álbum hace total insinuación a su concepto, esto no es un cuento de hadas sino un relato enfermizo de abusos, muerte, tormento, incesto y demás temas siniestros que los originarios de Holanda dominan para distinguir su propuesta.
El factor orquestal en Carach Angren es de tal magnitud que es casi comparable con el trabajo de un consagrado como lo es Danny Elfman, y es, por ejemplo, el comienzo instrumental con ‘Once Upon a Time’ que llega la evocación al tema principal de la película de 1992 Batman Returns. Por lo que este Black Metal sinfónico es de OST, original soundtrack.
La sinfonía y la guitarra, bajo y batería comparten un protagonismo semejante, en instantes separándose para gestar 2 (o más) ambientes distintos en la misma canción, el de la fantasía sinfónica y el de la atrocidad, bien que todo siempre va devotamente con una línea de terror. ‘There’s No Place Like Home’ reúne dichas características, entretanto ‘When Crows Tick on Windows’ es la pieza agónica del álbum con una sublime orquestación.
La gente que está más clavada en el gótico ubicará el proyecto esloveno Devil Doll, obra del músico conocido como Mr. Doctor. Esta ¿banda? se caracteriza por ser una verdadera propuesta única en la música, pues sus producciones son –literal- una obra musical que utiliza elementos sinfónicos, Avant-garde, progresivos, metal y, por supuesto, teatrales, para crear piezas larguísimas como The Girl Who Was… Death de poco más de una hora de duración (siendo un solo track). Dando así la idea de que se estuviera presenciando una puesta en escena por el acomodo y sucesión de esos elementos.
Lo anterior viene a que Carach Angren construye algunas de sus canciones con arreglos similares a los de Devil Doll (evidentemente en menor medida), como ‘Two Flies Flew into a Black Sugar Cobweb’ que es la que mejor recrea esa sensación de cuento de horror, con una orquestación en exceso oscura y la manía de situar componentes que provoquen miedo y desequilibrio.
El interludio lo da ‘Dreaming of a Nightmare in Eden’, cuya sinfonía y voz narrada retratan una Black Metal Opera. Retornando la inquietud de mano de ‘Possessed by a Craft of Witchery’.
El pero del álbum es que, a partir de ‘Killed and Served by the Devil’ y hasta el final, se torna muy directo y los temas restantes no poseen mayor encanto, si bien continúan siendo embrujadores pero hizo falta un desenlace fuerte como el que dio el disco anterior con la atemorizante ‘These Fields Are Lurking’. However, This Is No Fairytale catapulta una vez más a Carach Angren.