A pesar de que esta banda sueca cuenta con la presencia de Christopher Amott (ex Arch Enemy y hermano del todavía músico de dicha agrupación Michael), no fue sino hasta su visita a la ciudad de México como co-headliner de la banda autora de Alissa White-Gluz a principios de año que el interés por esta banda -al menos en nuestro país- creció y se hizo mucho más presente. Así que en vísperas del lanzamiento de su próximo álbum que se espera se termine de editar ya este año, nos decidimos a hacer una reseña de su material ya editado más reciente como preámbulo: Captivity & Devourment.
La pregunta más obvia que aparece en la mente al escuchar sobre Armageddon es ¿tenemos una calca de Arch Enemy?. Felizmente la respuesta es no y no porque Arch sea una mala banda, pero cuando un miembro sale para formar otra agrupación, espera que sea para evolucionar en otro concepto (para hacer lo mismo pues que se quede ahí). El track homónimo de la placa y que abre el álbum es veloz y taladrante de principio a fin, y posee unos tintes de black metal adheridos a la melodía que no recuerdo en algún tema de Arch Enemy. Claro que hay influencia, sí, sobre todo en los cambios de velocidad y los solos, pero las vocales son mucho más viscerales y oscuras (aunque el segundo track “Locked In”, si es totalmente “ArchEnemiero”), o por ejemplo en “Rendition”, donde la alternancia entre las vomitivas guturales y unas vocales demasiado limpias y melódicas, es algo que no encontraras en ningún disco de Arch.
El sonido de “Fugitive Dust” se acerca mucho a lo que hacen bandas como In Flames, y pone pausa un poco a la velocidad y vértigo de los 3 primeros tracks, para retomar el ritmo general del disco con “Conquer”. De manera inesperada, una guitarra acústica es el preludio de “Thanatron” , una canción que va de menos a más en una escalada musical muy bien lograda, que con la instrumental “Background Radiation” en forma más de un largo “outro” que de una canción en sí, cierra lo que para mí es la primera parte del disco.
Después de ese intermedio, uno espera que como en los encores de los conciertos, la banda regrese con un track poderoso que reviente y reanime la euforia. “The Watcher” lo cumple a secas. Buena y poderosa canción, pero algo lineal y monótona para cumplir dicho objetivo, al menos hasta el momento del solo, que es sublime. “Equalizer” si es una canción para los fans del Arch Enemy más melódico, del tipo “I Will Live Again”, aunque el coro es demasiado armonioso para la canción, siendo honestos creo que la perjudica más que ayudarla. “Giants” es una canción perfectamente para anunciar el final del cataclismo auditivo, una muy buena canción de cierre a mi parecer con esa melodía que va preparando todo para despedir el disco de gran manera. Un bonus track titulado “Stone Worker” aparece, pero siendo sinceros esta de mas, realmente es un bonus instrumental meramente, que si no hubiera estado presente no pasa nada. Supongo la tradición de un track largo y melódico cimentada en Arch Enemy (con “Fields Of Desolation”, el outro de toda la vida en los conciertos o “Snowbound”) al final se hizo presente.
Conclusión: Estamos frente a un muy buen disco, que a pesar de que tiene mucho de Arch Enemy, es lo suficientemente independiente en su sonido para no parecer un clon. Mucho mejor la primera mitad que la segunda, y un excelente recorrido de manera general por una gran gama de sonidos característicos del death metal melódico.