Dentro de los festivales masivos enfocados al metal en México, Candelabrum Metal Fest es uno de los más jóvenes. Apenas en su segunda edición, el festival mantiene una curaduría de bandas de metal que difícilmente traen otros promotores de forma individual por ser bandas de nicho reducido de fans en México. Un compromiso arriesgado pero que a su vez le ha ganado el respeto de toda la comunidad de la escena, con una sede más que probada y aspectos como un cuidado estricto en el horario asignado para cada banda. Dos días de pura emoción y grandes presentaciones fue lo que vivimos los pasados 02 y 03 de septiembre.
DÍA UNO
Desde temprano y a la apertura de puertas el metal mexicano se hacía presente con Blackmask, banda muy joven pero que viene empujando fuerte con constantes presentaciones que poco a poco les van generando seguidores. Cathartic y sobre todo Majestic Downfall dejarían ver que la gente si aprecia el metal nacional ya que los aplausos y asistencia se hicieron presentes sobremanera cuando estuvieron en el escenario. La avanzada internacional comenzaría de la mano de Devil Master, quienes con una parafernalia vampírica inundaron el recinto con su sonido de mezcla de Punk y Black Metal. Una propuesta distinta e interesante era sin duda desde Noruega In The Woods… con un sonido oscuro y más aterrizado en atmósferas densas y progresivas. Fueron más que ovacionados.
Mörk Gryning desde Suecia daría una catedra de Black Metal con tintes medievales que comenzaría a encender la llama del slam en la zona general, con una gran actitud sobre el escenario que les ganó la simpatía de la gente. Pero si de simpatía hablamos sin duda la extroversión del metal gótico de Unto Others se hizo notar. Los norteamericanos ofrecieron un setlist totalmente distinto al que dieron en la pre-fiesta del festival un día antes, regalándonos una presentación donde su álbum “Mana” fue la gran estrella. Para los que les gusta el slam y la violencia en el moshpit el gran banquete apareció a continuación con Heathen, quienes con su Thrash Metal legendario desde San Francisco hicieron explotar el Candelabrum con una inyección bestial de adrenalina.
Como mencionamos anteriormente, a Candelabrum no le tiembla la mano al momento de traer bandas que fueron importantes en algún movimiento musical pero que la historia nunca les hizo justicia dejándolas en el underground. Este es el caso de Satan, banda británica de heavy metal pionera dentro de la llamada NWOBHM y de la cual disfrutamos gustosos con el status de ícono que tienen bien ganado. Otra gran experiencia fue sin duda ver a Sacramentum y al demente de Nisse Karlén al mando en las vocales con sus elocuentes poses y ese sonido de mezcla de Death con Black Metal que nos dejó a todos más que extasiados. Así avanzó la noche hasta que llegó una de las bandas más esperadas del festival: Draconian. Su Doom Metal se extendió por toda la velaria sumiendo a la gente en toda una experiencia de sonidos densos y pesados, con una presentación extensa y muy aplaudida de principio a fin.
Faltaban ya solo dos bandas para cerrar el primer día de actividades pero por supuesto eran dos de las más importantes. La primera gran descarga vino a cargo de Immolation, una banda que es garantía de potencia y pesadez con su Death Metal totalmente de la vieja escuela. Los saltos y empujones así como fans volando por los aires en las catapultas humanas no se hicieron esperar en lo que fue sin duda un pandemonium. Ya para cerrar la cartelera presenciaríamos una de las mejores noches que ha regalado Dark Tranquillity en todas sus visitas. Y es que Mikael Stanne traía una energía desbordada y un entusiasmo elevado más de lo ya de por si habitual. La legendaria banda pilar del sonido Gotemburgo regaló una presentación con sus más grandes éxitos sumados a una selección de temas que en voz del propio cantante jamás habían sido tocados por algún motivo en todas sus visitas a nuestro país.
DÍA DOS
Los horarios para este día tuvieron que ser reacomodados por la irresponsable cancelación de Grave de último minuto, por lo que la banda punk Annapura entró al quite con sus canciones y actitud irreverente como acto de apertura para la segunda jornada. La avanzada nacional se complementó con la banda de heavy/speed metal Starforce para luego dar paso al metal pesado de For Centuries quienes dedicaron su emotiva presentación a su recientemente fallecido baterista. La presencia mexicana en el escenario cerraría con los veteranos Agony Lords, con más de tres décadas de historia dentro de la escena azteca del metal.
Sin duda una de las grandes sorpresas del festival fue la actuación de Deathgrave. No solo por su grindcore vomitivo y gutural que nos asaltó de golpe a todos por su brutalidad y pestilencia, sino por la teatral actitud gore todo el tiempo de Andre Cornejo, su vocalista; quien acompañado por Greg Wilkinson de Autopsy en la guitarra se llevó hasta ese momento la tarde. De ahí vino una magistral cátedra de Doom y Avantgrade con los holandeses de Officium Triste en su primera visita a México, lo cual mermó los ánimos del festival poniendolo en un estado mas de quietud inmersiva. Dicho estado se iría a la tumba cuando la brutalidad de Deceased se hizo presente. Y es que esta banda de Thrash Metal no tuvo piedad y organizó una verdadera masacre en el moshpit que muchos no olvidarán.
Lucifer se encarnaría en su forma más bella y tentadora en la presencia de Hulder. Su Black Metal acompañado de la belleza de Marliese Beeuwsaert eran una hipnótica visión a la oscuridad y el pecado que conquisto las almas de todos en su ejecución. Tras esta presentación el tema de la mexicanísima “El Rey” sería el intro elegido para que Vio-lence, con todo y sombreros y máscaras de lucha libre incluidas, hiciera gala de su nombre encendiendo la velaria a full con una descarga de Thrash Metal que ya podemos palomear como lo más agresivo de todo el festival. Posterior a ello, el proyecto The Hallo Effect, de lo más esperado de la noche, hacía su aparición entre aplausos. La super banda integrada por ex-miembros históricos de In Flames y miembros de otras bandas de gran calibre tuvo una actuación descomunal con una verdadera lluvia de sonido estilo Gotemburgo.
Paradise Lost ya nos la debía. Con algunas cancelaciones en el pasado, muchos temían que al final los británicos volvieran a faltar. Pero Candelabrum siempre mantuvo el compromiso y comunicación de asegurar su presencia en el line-up y fue así como finalmente pudimos disfrutar de una oscura velada de metal gótico de la mano del serio y sombrío Nick Holmes. La cera de la vela de Candelabrum estaba por terminar de derretirse , pero antes de ello la llama ardería al límite con el cierre brutal de la leyenda del Death Metal Autopsy. Si bien los problemas técnicos que pararon dos veces la presentación y un fan que quedó inconsciente en el moshpit de la zona general y fue atendido rápidamente mermaron mucho el ambiente arriba y abajo, al final fue un buen cierre para esta enorme experiencia trve en León. Guanajuato.
La asistencia mejoró notoriamente y quienes dicen que no hubo asistencia porque se veía mucho hueco en la velaria deberían saber que de hecho el espacio tiene capacidad para mas de 35 mil personas, por lo que aun siendo sold out la sede seguiría viéndose así: la velaria está pensada para que haya espacio para moverse libremente entre las areas del festival. Quizá el audio sería la única area de oportunidad de esta edición y solo en algunas bandas en particular, pero por lo demás la verdad es que la logística, trato y oferta del Candelabrum no tiene pero alguno.
Larga vida al Candelabrum Metal Fest, nos vemos en 2024.
TODAS LAS FOTOS POR RODRIGO CERDA
