Sharon Osbourne ha revelado por primera vez el emotivo momento que compartió con su esposo, Ozzy Osbourne, pocas horas antes de su muerte. Según relata, Ozzy despertó temprano por la mañana, la miró y le pidió con suavidad: “Bésame, abrázame fuerte”. Esa fue la última interacción entre ambos antes de que el músico se dirigiera a su gimnasio privado, donde ocurrió el incidente que terminó con su vida.
La salud de Ozzy había sido motivo de preocupación durante años debido a padecimientos cardiacos y a los efectos del Parkinson, sin embargo, él mantenía el deseo firme de despedirse de los escenarios de manera digna. Su último concierto, presentado como una despedida histórica, fue un acto que él mismo insistió en realizar, aun conociendo los riesgos que implicaba para su frágil condición física.
Sharon explicó que en las semanas previas a su fallecimiento, Ozzy vivió algunos de sus días más felices en mucho tiempo. Se mostraba en paz, agradecido, conectado con su familia y consciente del peso de su legado. En sus últimos momentos, lejos de discursos grandilocuentes o dramatismos, buscó cercanía emocional, dejando claro que su prioridad final fue el amor y la intimidad.
La revelación ha generado un profundo impacto entre seguidores y músicos de todo el mundo. Ozzy Osbourne, conocido como el “Príncipe de las Tinieblas”, cerró su historia con una frase inesperadamente tierna. Su legado queda marcado no solo por décadas de música revolucionaria, sino por un adiós humano, vulnerable y conmovedor que ahora forma parte de la memoria colectiva del rock.







