Tras la llegada al Teatro Diana, en la entrada y bar del mismo, había un interminable cúmulo de gente portando merch de Primus, con cervezas en mano, esperando la tercer llamada para el ingreso del show y poder disfrutar de toda la psicodelia y la técnica de los estadounidenses.
Al ingresar y lo que no nos tomó por sorpresa, fue encontrar el teatro sin un asiento libre para disfrutar de un show único en el que la excelsa técnica de Les Claypool en el bajo, Larry LaLonde en la guitarra y Tim Alexander en la batería estaban a punto de otorgar a los tapatíos.
El show empezó con un juego de luces y gráficos que iban acorde a los videos musicales de la banda y al son de los riffs que tocaban. Las primeras canciones del repertorio fueron: ‘Those Damned Blue‐Collar Tweekers’, ‘Too Many Puppies’ y ‘Sgt. Baker’, y al término de estas, Les bromeó con el público diciendo: ‘Vamos a interpretar estas tres canciones una y otra vez porque la práctica hace al maestro’. Entre carcajadas y aplausos, los tapatíos siguieron disfrutando del show.
Enseguida, Les cambia de instrumento y logramos apreciar su contrabajo eléctrico y una máscara para ‘Jilly’s on Smack’, Larry empezó a llevar al público a otra dimensión con los efectos de su arsenal de pedales.
Otras de las canciones del primer set fueron ‘Spegetti Western’, pudimos presenciar en las pantallas esos inconfundibles marcianitos en ‘The Seven’ —que forma parte de su nuevo álbum ‘The Desaturating Seven’— y la inigualable ‘Ground Hog’s Day’.
En el Intermedio de aproximadamente quince minutos, pudimos disfrutar de la clásica caricatura ‘Popeye el Marino’ en las pantallas, tiempo suficiente par que los espectadores se dieran abasto de cerveza y botana para disfrutar del teatral acto de los músicos.
Los californianos regresan al escenario coordinando las luces y los pasos de Les junto con los gritos del público con ’American Life’, ‘Welcome to this World’, ‘My Name Is Mud’ y ‘Jerry was a Race Car Driver’ entre las canciones presentadas en este último set.
Sin duda, un show con una perfecta ejecución de parte de Primus y un corazón contento del público tapatío, sin dudar que cada uno de los asistentes se llevan un show de excelencia para sus memorias.