Sábado agitado y lleno de eventos en la CDMX; entre ellos una de las mejores congregaciones de las tribus urbanas afines al punk y al metal que se llevó a cabo en el Gato Calavera con el atractivo de la visita de los estadounidenses de Mass Terror. Los gringos compartían cartel con muchas de las propuestas mas arraigadas de la escena volviéndose un evento de lujo para los amantes de la música extrema nacional.
El Gato Calavera abre sus puertas y los primeros en calentar tarima son Encabronados y La República. Sus presentaciones son bien recibidas y aplaudidas pero al terminar su actuación entre ellos y la siguiente banda hay un espacio de casi una hora que impacienta a los asistentes quienes a mentadas y chiflidos exigen un grupo en vivo de inmediato. Por fortuna el grupo que subió era Graffiti 3X, toda una institución dentro de la escena punk local y quienes con mas de 25 años de colmillo supieron entre bromas y sus grandes éxitos apaciguar los bríos de los ansiosos asistentes.
Pero si de instituciones de la ola urbana hablamos, el nombre de Alberto Pimentel pesa como el plomo y donde se presente hace reventar el recinto. La actuación de Leprosy da inicio con “Fariseos” y sin importar que es la única propuesta metalera dentro de un menú absolutamente punk, la gente responde de manera increíble con un nutrido slam. Lo cierto es que Pimentel y su inconfundible guitarra marcaron paso de principio a fin con grandes éxitos como “Dios nos agarre confesados”, la oscura “Tormento nocturno” y por supuesto bestiales temas como “No podrán parar el tren” y esos arreglos que la hacen escuchar en vivo mas veloz que su versión de estudio, o “Llora Chiapas” que a opinión personal es una verdadera masacre sonora. La historia de Pimentel como el mejor frontman en la historia de Transmetal lo antecede y el lo sabe, y cierra su presentación con un combo “Killers/El infierno de Dante” que es un agasajo en el moshpit para los nostálgicos de la época dorada del “Trans”.
De manera sorpresiva y temprana los siguientes en el cartel son los norteamericanos de Mass Terror. Entre el enorme mohawk naranja y la notable corpulencia de su líder y voz Thorr, la presencia de la banda no pasa desapercibida, y el grupo abre su presentación con “Odio” y “Fema” seguido de una canción que ellos anuncian como nueva. Hay que decirlo: La banda toca brutal arriba pero abajo el ambiente no es ni la mitad de lo que fue con la presentación de Leprosy. La escena urbana es honesta y el factor de ser internacional no tiene —a diferencia en otros subgéneros del metal— un peso mayor al arraigo de los grandes clásicos locales. Pero los Mass Terror vienen a lo suyo y la noche sigue con taladros punk como “Break the system”, “Fuck the cops” y una de las más pedidas de la noche “No mames güey”. Unos cuantos fans de hueso de la banda celebran cada tema y gritan uno que otro corte de su predilección, y los gringos avanzan su set con “Orgasmo en sangre” y “Punx Unite”; para finalmente despedirse con el cover de “Antes de las guerras” de los legendarios Eskorbuto.
Si de instituciones hablábamos anteriormente, existe una en el punk que se respeta como ídolo y nos referimos a la presencia de Francisco Amaya y el Síndrome Amaya LTD. Ese viejo de aspecto burlón y desfachatado solo necesita decir “Hoy es el gran día, agarra tu chamarra” y la gente ya está vuelta loca brincando al ritmo de “Punk Suicida”, “Pelones”, “Los nuevos gavilanes” y “Anarquía” son clásicos de Síndrome que vuelven a poner al Gato Calavera como pandemonium de violencia musical en la pista. El señor lo mismo opina de política invitando a la gente a votar por si mismo para que así nadie gane al final en estos tiempos electorales, que luego solo se dedica a reventar tímpanos con sus “Maquinas de guerra”, para luego dar un paseo por “El metro” rumbo a la basílica a ver a “La Guadalupana” sin importar que “Ya no existe navidad”.
“Todos armados de valor” y “Sucia y callejera” son tocadas a continuación, y luego se suscita un incidente que cae como anillo al dedo como preámbulo al siguiente tema: Alguien entrega una cartera tirada a la banda y está pregunta de quien es pidiendo a cambio que la persona que la reclame les diga el nombre completo de la credencial que viene dentro. La dueña aparece y la cartera es entregada, en un momento que sin duda da al traste con ese estigma de que a este tipo de eventos solo van mugrosos y hampones. “Entregamos la cartera porque aquí todos venimos a divertirnos, aquí no queremos.. ¡Ratas! ” exclama Amaya al micrófono antes de tocar la canción con ese título, y luego dedicar a la policía —los verdaderos ratas— ese dejo de lenguaje refinado que es “Pinches cerdos”. El cover a “A mi manera” se hace presente y mucha gente se desquicia en la pista repartiendo golpes, y aunque muchos piensan este apoteósico final ha sido todo de parte del Síndrome, la auto llamada “santísima verga” decide regalar unos cuantos temas mas como “Baila con la muerte” y “Changos”.
Algunos fans ya se han ido para alcanzar transporte público y otros ya lucen cansados ante la batalla librada con las anteriores presentaciones. Pero si existe una banda levanta muertos es sin duda Garrobos, que cuando hace el llamado a sus “Tribus subterraneas” siempre recibe una religiosa respuesta de parte de los amantes del punk.
El peliverde Lagarto Garrobo y su intachable honestidad nos anuncia que se encuentra ya borracho pero eso la gente se lo toma a bien entre aplausos. “Arriba los locos” y “Revolución y guerra” no dejan caer ni un instante los ánimos y luego con “Criminales”, “Sangre” ,”Ni un segundo mas” y “Paredes” queda constatado que Garrobos es también ya toda una leyenda en la escena punk azteca.
“Aquí no hay divisiones, aquí todos somos iguales sin importar si somos metaleros o punk” exclama Lagarto al micrófono y la gente aplaude para que llegue el momento de que las “Moscas” vuelen. Y entonces hay que jalar aire y preparar el cuerpo y en particular las cervicales, porque el cierre de Garrobos es siempre una bestial combate cuyo ritmo pone a todos a agitar en encéfalo con “Sacude el craneo”, y luego a ponerse las herraduras y correr en círculos de mosh con “Caballos”. Israel “Bam Bam” Olguin en la batería pero también como organizador del evento agradece a todos —bandas, foro y asistentes— por su apoyo, y Garrobos se despide con “No somos de palo”.
Ya pasan de la 1 AM y para muchos fans se va terminando la presentación de los oriundos de Ecatepec. Sin embargo para los trasnochados o menos cansados todavía la banda Riesgo de Contagio se declara lista para con su presentación cerrar el evento. Sin duda una noche que pone en alto el nombre de las bandas de punk y metal urbano de nuestro país, y que nos recuerda que lo hecho en México está tan bien hecho como las propuestas internacionales.