Una noche calurosa como las que nos han tocado desde hace ya varias semanas fue la que recibió por primera vez en nuestro país a la veterana banda sueca Candlemass, para dar sendo show en el Circo Volador de la Ciudad de México.
Los metaleros se la pasan pidiendo que los promotores nacionales traigan a nuestro país bandas de “verdadero metal”, pues son las que ellos merecen y quieren ver y escuchar. Entonces, ¿cómo es que Candlemass, una banda legendaria, tan influyente dentro de la escena escandinava e incluso nombrada como la banda de metal más importante de Suecia de todos los tiempos, termina tocando en el Lobby del Circo Volador? Y no es en detrimento del venue que cumple cabalmente su función, sino porque la lógica nos dicta que una banda de tales magnitudes debería ocupar, al menos, el escenario principal del Circo. Tampoco podemos culpar al promotor, pues cumplió con lo prometido, incluyendo su función de promocionar de forma eficiente del show. La razón es simple: Los metaleros, esos que tanto exigen que les traigan a las bandas de sus sueños, no compran boletos. Demandan, pero cuando les cumplen no responden de la misma manera, pues al parecer lo único que buscan es presumir su intento de conocimientos sobre la escena metalera mundial en Facebook y se quejan de que Rammstein o Slipknot encabecen los festivales mexicanos, pidiendo en su lugar alguna banda cuyo nombre vieron en Wikipedia, pero no han escuchado jamás.
A pesar de ello, los que si asistieron al Circo pudieron disfrutar de uno de los shows más épicos en lo que va del año en la Ciudad de México, pues tanto los suecos, como la banda mexicana encargada de abrir el show, Nosense dieron todo de si sobre las tablas.
Puntualmente y tras la agradable participación de Nosense, los 5 integrantes de Candlemass subieron al escenario del Circo Volador desatando el furor de los asistentes que poco a poco habían llenado el espacio. ‘Mirror, Mirror’ fue la canción encargada de abrir las hostilidades, seguida de ‘Bewitched’ y ‘Prophet’. A pesar de que no estamos hablando del escenario principal del Circo Volador, el nivel de producción no dejó nada que desear y el audio fue bastante bueno.
Para este punto, los fans de la banda estaban totalmente encantados con lo que veían, entre el sonido de canciones como ‘Samarithan’ o ‘Under the Oak’ saliendo de la voz de Mats Levén, mientras las luces y el humo artifical lo rodeaban. Punto extra para el sujeto de la camiseta blanca en la primera fila que estaba totalmente fuera de sus casillas y quería comerse a los integrantes . Yo creo que si la gente de seguridad se lo hubiera permitido, los agarra a besos… o mejor. Eso es un fan de verdad.
Tras un breve encore donde seguramente los músicos aprovecharon para descansar del intenso calor que se sentía dentro -y fuera, pero eso es otro asunto- del lugar, Candlemass volvió para cerrar su primera actuación en suelo mexicano con un cuarteto de canciones integrado por ‘The Prophecy‘, ‘Dark Reflections’, ‘Crystal Ball’ y ‘Solitude’ dejando, estoy seguro, más que satisfecho a todos y cada uno de los fans que hicieron el esfuerzo de hacerse presentes en el show.
Candlemass nos dio un gran show y nos dejó con las ganas que la primera no sea la última y vuelvan en un futuro no muy lejano. Su historia y trayectoria tal vez merecían un recinto mayor y un público mucho más numeroso, ¿pero qué se le puede hacer? Al parecer, los metaleros que piden que este tipo de bandas vengan al país, solo existen detrás de un monitor.
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