¿Quien diría que el Be-Bops Diner, un lugar en una de las colonias más “nice” de la CDMX, albergaría en sus entrañas a uno de los eventos mas extremos de música Oi!? El restaurante ambientado a la época de oro del rock and roll abrió sus puertas a la comunidad skinhead el pasado 30 de marzo para que se llevara a cabo el festival “Invasion American Oi!”, con un cartel integrado por grandes exponentes del género tanto nacionales como extranjeros, y con The Templars como cabeza del evento. El contraste entre el público y la parafernalia del lugar eran de verdad de llamar la atención, con las figuras de Elvis Presley y Marilyn Monroe posando con skinheads y punks, cervezas y no malteadas corriendo de un lado a otro, y en general todas las mesas, incluidas aquellas en forma de cadillac u otro auto de la época, copadas de individuos con la cabeza afeitada y las botas y tirantes bien puestos. Una noche en la que si una máquina tocadiscos existiera, todo sería street punk y Oi! de principio a fin.
Desde la tarde la gente se va dando cita en el lugar, y quienes llegan temprano pudieron presenciar el talento nacional de bandas como Working Class, No hay más Oi, Drunken Shamrocks, Die Dreis y Mortalis desde Mexicali, para luego arrancar con las bandas norteamericanas con Vis Vires y los poderosos Fuerza Bruta, con quienes la gente empezó a prenderse más en parte a la interacción que su vocalista tuvo con la gente al cantar todo el tiempo entre los fans a nivel de pista. Después llegaría el turno de Sparrow 68, una banda mexicana de mucho arrastre dentro de la escena, y finalmente de nuevo del país de las barras y las estrellas la banda Legion 78 que dejó los ánimos calientes y listos para el acto estelar de la noche.
The Templars tomó luego su lugar en el escenario, y la apariencia relajada y con gafas que le da un toque intelectual al porte de Carl Templar, se convirtió en un verdadero torbellino cuando su voz se vuelve el grito de guerra que incita las hostilidades con “War On The Streets”, para luego alternar un tema más rítmico y tranquilo como lo es “Night Of The Seagulls” y volver a desatar la velocidad con “Skins & Punks”. El ritmo country de “The Sixties are Over” mantiene el slam a todo lo que da y subiendo de intensidad cada vez más, pero no es sino hasta que The Templars empezaba a tocar el tema homónimo al nombre del grupo, que una trifulca se desata y varios fans se ensañan a golpes con un solo individuo que termina de bruces en el escenario. El show se pospone de manera momentánea en lo que el golpeado fan es sacado de lugar, y aunque parecía el concierto podía salirse de control o ser cancelado por la policía que ya se encontraba afuera del venue; los mismos fans y promotores se organizan para que la fiesta se reactive. The Templars por su parte incita a los fans a guardar la compostura y no llevar la violencia más allá del baile, y continua su presentación con “Forgotten Souls” y “My Revenge”.
El bajo del descomunalmente alto Don Templar marca el paso para dar inicio a “Devil´s Hand”, para luego regalarnos el primer tributo de la noche con “Clockwork Skinhead” original de The 4 Skins. Los golpes y empujones ya han adquirido una intensidad bastante marcada y de mucha violencia, pero salvo una chica que no sabemos porqué es retirada del lugar mientras una joven de seguridad le aplica una “llave china”, todo se mantiene dentro de la intensidad de los bailes extremos al ritmo de “Fredom Has Its Price”, “Living On The Outside” y “Bovver Boy”. “Hola México, que gusto tenerlos con nosotros. No a la discriminación ni al racismo” espeta desde su batería Phil Templar, y de inmediato dinamita sus tambores primero con “New York City” y luego con “Victims” , una canción que mucha gente pedía con desesperación incluido un individuo que la ha solicitado toda la noche, y que se sube a cantarla al lado de Carl regalándonos lo que sin duda es de los mejores recuerdos de ese momento del show, y la noche aun está lejos de terminar.
“Skinheads Rule Ok” y “Frontline” son tocadas a continuación, y muchos amantes del Oi! ya muestran signos de la batalla bien sea con su rostro ya manchado de sangre por un impacto en la nariz o la boca, o bien por las playeras rotas y jaloneadas. Es lo menos que se podía esperar de un show de esta envergadura en el que si eres delicado o no te gustan los golpes lo mejor es que tomaras una de las mesas del fondo, y disfrutaras el espectaculo al lado de los cuadros de Grease mientras degustas una cerveza con una buena hamburguesa. The Templars continua su cruzada auditiva con “Politicians” con la que anuncia se retira, aunque al final decide cerrar la noche con el conocido tema “Violence In Our Mind” original de Last Resort. Y aunque la banda se despide e incluso parece empiezan a recoger los cables e instrumentos, al final les gana el gusto por complacer con otro tema a la audiencia y ahora si, dan cerrojazo a la noche con “True To The Cause”. El show termina y salvo un necio asistente que tiene que ser controlado por un miembro del staff por no querer bajarse del escenario, todos se van satisfechos y en paz de haber disfrutado una noche brutal llena de música Oi! y adrenalina a tope.