Emigrate – ‘A Million Degrees’

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Richard Kruspe ya no tiene que demostrarle nada a nadie. Tras casi tres décadas girando alrededor del mundo junto a Rammstein, ha dejado clara su calidad e importancia dentro del mundo del rock y el metal. Sin embargo, Kruspe también ha dejado claro que tiene una visión propia de la música y que eso, no siempre encaja en el titán alemán; es por eso que hace ya más de una década creó a Emigrate, su proyecto paralelo en el cual puede desahogar sus ideas sin tener que ponerlas a votación y por ello, ha lanzado su tercer álbum de estudio, ‘A Million Degrees’.

En ‘A Million Degrees’, Kruspe vuelve a contar la colaboración en estudio de la bajista —y ex pareja— Margaux Bossieux, el baterista Joe Letz (conocido por su trabajo en Combichrist), además de trabajar nuevamente con el productor de su confianza, Olsen Involtini; por supuesto, no podían faltar las colaboraciones de famosos amigos del alemán, como la de Tobias Forge de Ghost y su compañero en Rammstein, Till Lindemann.

 

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El álbum comienza con un estruendo industrial más cercano a lo que Richard nos ha tenido acostumbrados a lo largo de su carrera con ‘War’, un tema lleno de sintetizadores y guitarras, seguido del sonido “happy punk” de ‘1234’ —pronunciar en alemán, eins, zwo, drei, vier— acompañado por el cantante de Billy Talent, Benjamin Kowalewicz.

También hay que decir la verdad: Richard Kruspe no es un buen cantante y esa es la parte más floja de este y de los anteriores trabajos de Emigrate. A pesar de que ha ido mejorando con los años, la voz débil de Kruspe sufre mucho para alcanzar diversos tonos y depende demasiado de los arreglos en el estudio, muchas veces abusando de los efectos, lo cual creemos es la verdadera razón por la cual hasta el día de hoy ha rechazado tocar en vivo con su proyecto alterno.

El punto más alto del disco llega con la canción que le da nombre al album, ‘A Million Degrees’, combinando un toque de rock sencillo pero satisfactorio, sonidos electrónicos y un estribillo más que pegajoso y que tal vez sea el punto más alto de la carrera de Richard como cantante. También sobresale la colaboración con Till Lindemann en ‘Let’s Go’ un tema super alejado de lo que tendríamos pensado sería una colaboración entre estos dos, con Kruspe cantando en inglés y Lindemann en alemán sobre una sencilla pista electropop para luego unirse a coro en el estribillo. ¿Raro? sí. ¿funciona? sorprendentemente, sí.

Richard Kruspe decidió que este álbum sonara mucho más amigable para las estaciones de radio y lo logró al combinar un montón de elementos dentro del mismo trabajo; desde el rock clásico en temas como ‘Spitfire’, pasando por un cuasi-psycho/rockabilly en ‘Hide And Seek’ o las reminiscencias ochenteras de ‘I´m not afraid’ en combinación al vocalista de Ghost, Tobias Forge.

 

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Como un trabajo integral, el álbum está muy bien producido, se siente muy sólido, excepto en la parte de —irónicamente— la voz de Richard Kruspe. ¿Tal vez debería considerar conseguir un cantante de verdad para explotar realmente el potencial que Emigrate tiene y que ha demostrado? A pesar de esto, el álbum pasa la prueba como una obra bastante disfrutable y que puedes repetir varias veces en tu carro mientras vas en carretera gracias a su versatilidad y gran mezcla de estilos.

‘A Million Degrees’ ya está disponible a través de Vertigo / Universal desde el pasado 30 de noviembre en formato físico y digital. Escúchalo ya a través de Spotify.