Cuando Vogg, líder actual y único miembro original de Decapitated, decidió retomar la banda en 2009, aquel proyecto en realidad nunca volvió, por lo menos no como lo conocíamos. El accidente en autobús que sufrieron en 2007 no sólo trajo la muerte de su baterista original Vitek y llevó al vocalista Covan a un estado de coma del cual hasta hoy no ha despertado, también marcó un declive en la banda responsable de monstruos del technical death metal como Winds of Creation (2000) o Nihility (2006), hasta llegar a un fin que consolidan con su reciente Blood Mantra.
La segunda etapa de este nuevo Decapitated comenzó con Carnival is Forever de 2011 que tuvo buena recepción pero padecía un poco de la ausencia de sus músicos caídos, sobre todo en la voz pues Rafał Piotrowski no acaba de convencer hasta la fecha, no así con Krimh quien entonces se encargó de la batería, un tipo bastante virtuoso y que incluso sonó como posible sustituto de Joey Jordison en Slipknot.
‘Exiled in Flesh’ abre el álbum de forma macabra y absolutamente death, no técnico ni grandilocuente pero sí con buenas melodías de guitarra. Hace pensar que la banda tiene algo brutal para dar, pero desafortunadamente es la única canción que posee una pequeña chispa de lo que esperaríamos en ellos, además la cortan de madrazo y tiene un final inexplicablemente ambiental.
Luego viene la del título largo ‘The Blasphemous Psalm to the Dummy God Creation’ que contrasta con su corta duración y por eso mismo no alcanzan a crear nada, se siente compuesta al aventón.
El nombre Slipknot vuelve en esta reseña para describir a qué suenan los próximos 4 tracks del disco, y quizá para los seguidores más puristas de Decapitated o que aún esperen algo de ellos sea suficiente para no querer saber más, pero así es.
‘Veins’ trae toda la onda guitarrera de la banda de Iowa, asunto que nada tendría que hacer en los estándares de Decapitated. Si Corey Taylor cantara y la dupla Sid Wilson/Craig Jones hiciera lo suyo, bien podría ser parte de su inminente disco nuevo.
La siguiente continúa con el toque de metal “moderno”, hasta puedo imaginar a Jim Root tocando esta ‘Blood Mantra’ y haciendo sus particulares movimientos en el escenario. Intentan reivindicar la senda con un pequeño solo melodic death y unas melodías Bloodbath pero menos pódridas.
En ‘Nest’ suenan a Chimaira en la primera mitad para luego suavizarse, extraño en una banda que solía ser bandera del death técnico. La monotonía impera en la batería. ‘Instinct’ es una calca de ‘Nest’. Ambas pecan de desgane. Alguien que confirme si no es Joey Jordison el que grabó la batería de las 4 canciones anteriores.
‘Blindness’ arranca con una atmósfera gris que se mantiene en todo el tema sin provocar realmente nada, el peor del disco y lo pésimo es que se trata del de mayor duración. Lentitud infame y no explota nunca en sus casi 8 minutos. No se vislumbra qué quisieron intentar aquí
Una canción ambiental que acaba por extender la frustración precedente es ‘Red Sun’, un outro sin nada más que 3 minutos de silencio.
Aún queda ‘Moth Defect’ para intentar reparar la desgracia… no. Un track más, casi como ‘Blindness’ con mayores decibeles.
La música no es mala, pero esto no es Decapitated en definitiva. Es seguro que Vogg no consideraría cambiar el nombre a esta banda, pero sería lo más prudente si piensa lanzar más discos.