La historia de la nacimiento, crecimiento, cisma y renacimiento de Batushka es ya una de las más conocidas dentro de la escena del metal contemporáneo. “El héroe” y “el villano”. “El ladrón” y “el creador que se quedó con las manos vacías”. Esa es la historia que las redes sociales han narrado, con Bartłomiej Krysiuk y Krzysztof Drabikowski como protagonistas.
Esta vez, quisimos hablar con el villano. La otra parte de la moneda, que ha pesar de tener los derechos legales de la banda, casi no ha tenido la oportunidad de hablar sobre su versión de los hechos. Bartłomiej Krysiuk ha seguido trabajando con Batushka y reciente lanzó un par de EPs, el último ‘Carju Niebiesnyj / Царю Небесный’, que tuvo mucho mejor recibimiento por parte de fans y de la crítica que el primer lanzamiento de la banda tras la ruptura.
Batushka es una banda que se ha disparado en los últimos años, ¿qué tan difícil ha sido mantenerse y crecer como banda?
Por supuesto, fue un montón de trabajo duro, mucho mucho trabajo y una dedicación total a la banda. Toda mi vida se la dediqué a este proyecto. Durante los dos primeros años, fue una aventura emocionante. Nos impulsaba la pura pasión. Eso me dio mucha satisfacción. Sin embargo, desde 2018 se volvió un tormento y no quiero hablar de eso. Hoy en día, Batushka – como banda y como grupo de amigos – se encuentra en una situación completamente diferente. Estamos “en ascenso” nuevamente, nos apoyamos mutuamente y a pesar de nuestra edad, tenemos este entusiasmo juvenil para crear. Queremos estar juntos, hacer música juntos y tocar juntos. Y estoy feliz de que las cosas hayan salido de esta manera.
Tu álbum más reciente ‘Hospodi‘ recibió críticas mixtas, algunas no tan halagadoras; sin embargo, el EP ‘Raskol‘ tuvo mejor acogida, ¿forma parte del proceso interno de Batushka tras la ruptura?
“Hospodi” es un disco importante para nosotros, de eso no hay duda. Queríamos hacer algo diferente y dejar atrás el período “Litourgiya”; queríamos aventurarnos a hacer otras cosas, a llegar a otros lugares en cuestión musical. Lo último que queríamos era repetirnos en cualquier forma. Creo que el álbum sufrió por el momento en que fue lanzado. Estábamos en medio de la tormenta de mierda y de una forma u otra, eso le pegó al álbum. En muchos sentidos, la percepción de este disco fue dañada por los haters de internet.
Por otro lado, el álbum nos trajo muchos nuevos fans. Ahora es como experimentar su segunda juventud y la gente lo está apreciando. Creo que envejecerá bien dentro de nuestra discografía. En cuanto a “Raskol”, bueno, Batushka es una banda conceptual, y este EP no es diferente. Nos lleva de regreso a un pequeño monasterio, para calmarnos, restaurar la paz y mostrarnos dónde estamos. De alguna manera, también restaura nuestra fe en nosotros mismos y es algo que necesitábamos. Trabajamos duro en ello y fue una liberación catártica. Permitió que las heridas se curaran y recuperaramos la confianza en nosotros mismos.
En este nuevo trabajo, ‘Carju Niebiesnyj / Царю Небесный’, ese concepto se escucha aún más pulido. ¿Cómo ha sido el proceso de evolución de la banda a nivel musical?
Como mencioné antes, somos una banda conceptual. Siempre intentamos implementar el plan que nos propusimos. Primero, está la historia que queremos narrar. Luego están los sonidos, las emociones y los estados de ánimo que queremos transmitir. Estos son los ingredientes para un disco Batushka. Agregamos piezas a este rompecabezas una por una. En este nuevo trabajo, nos permitimos agregar nuevos instrumentos folclóricos que le dieron una atmósfera específica a todo el álbum.
Por ejemplo, después de dos años de esfuerzo, logré convencer a un cantante, al que aprecio desde hace muchos años, y cuya participación he intentado tener desde el disco “Hospodi“. También agregamos una orquesta que queriamos tener con nosotros desde entonces, lo cual para mi es una palmadita en la espalda y me saca una sonrisa. Este es un material muy progresivo. Puedes escuchar que estamos avanzando y no vamos a bloquearnos, no tenemos que demostrarle nada a nadie así que seguiremos desarrollándonos; sé que siempre habrá comparaciones con nuestro debut, pero para nosotros, es es un capítulo cerrado. Nuestro objetivo es que cuando alguien ponga a Batushka, todos sepan que somos nosotros.. Pero, de nuevo, es una banda que está a años luz de ese período, musical y mentalmente.
¿Habrá otros EP en un futuro próximo o ya estás preparando un nuevo disco?
Estamos trabajando en un nuevo concepto. Ya sabemos que será. Me refiero a la música, la forma y el formato. Todo está en preproducción, pero no diré más por ahora…
Visualmente, eres una banda bastante impresionante. ¿Qué importancia tiene la estética de la banda dentro de este concepto que refieres?
Siempre fue importante para nosotros. El aspecto visual de nuestra música y nuestra actuación en vivo, pr supuesto. Todo aquí tiene su lugar y tiene la obligación y responsabilidad de enfatizar el mensaje que le queremos dar a los que nos escuchan.
Por supuesto, sabemos lo que hacemos y, a veces el público se queda con un margen de interpretación considerable. Pero está bien para nosotros, pues eso nos permite interactuar con la audiencia. Estamos felices cuando sentimos la conexión con nuestro público y que interpreten nuestra música y nuestra imagen por sí mismos. Eso es realmente satisfactorio.
Los videos que lanzaron para el nuevo EP son hermosos visualmente, ¿quién estuvo a cargo de esto?
Desde el principio, trabajamos con Xиацынтос. Las personas que siguen lo que hacemos ya saben quién es. Me alegro de que pueda contribuir tanto a nuestro concepto. Gracias a su trabajo hemos crecido mucho y aunque tal vez parezca ser una fórmula repetitiva, creo que cada vez entrega algo especial. Algo que llama la atención y al mismo tiempo encaja en nuestro concepto. Tengo que hacer muchas cosas interesantes con él en el futuro.
¿Cómo lidias con los haters? Vaya que tienes bastantes…
Bueno, nos acostumbramos y ya no nos molesta. Después de cada tormenta viene la paz. Sabemos que tanto nuestros seguidores y nuestros haters nos seguirán a todas partes y estamos bien con eso. Lo positivo es que la gente de ambos lados está más centrada en la música y el mensaje de Batushka que en las cuestiones legales, en comparación con lo que vivimos en 2019 cuando mi familia y yo recibimos amenazas de muerte todos los días, el año pasado fue muy tranquilo (risas). Sin duda, es un lado oscuro del negocio de la música. Atrae a todo tipo de sociópatas. Mucha gente se daría por vencida, pero yo estaba decidido a seguir a través de la tormenta. Soy una persona paciente y también soy difícil de hacer a un lado. Soy como una roca.
Cada historia tiene dos versiones. Traté de buscar algunas entrevistas contigo para conocer tu punto de vista sobre algunas cosas, pero es bastante difícil y solo encontré entrevistas con la otra versión de Batushka, ¿has tenido problemas de censura o que sientes que para la gente te convertiste en una especie de villano?
O mueres como un héroe o vives mucho para convertirte en un villano, ¿cierto? En este momento de mi vida, ya no tengo ningún problema con eso. La gente me percibe como un villano y yo acepto eso. Después de todo, somos una banda de black metal. El odio y otras emociones fuertes son las piedras angulares de este género. Ya no me importa si alguien me llama mentiroso o ladrón. Ni siquiera quiero responder a ninguna acusación. No soy ese tipo de persona que presumiría a su banda mientras lloriquea en un video mientras se queja porque le dio COVID-10. Así no soy yo. Creo que la música es lo que nos hace expresarnos mejor, así que me concentro en eso.
Algunas personas se confunden porque actualmente hay dos bandas que operan bajo el nombre de ‘Batushka’. ¿Qué pasará con este asunto?
Bueno, el caso sigue pendiente en los tribunales. Hasta que la corte decida lo contrario, tengo derecho al nombre y la otra parte no puede usarlo, aunque sabemos que lo hace y lo hará en el futuro independientemente del veredicto del juez. Entonces está la versión oficial, que es la nuestra y la banda no oficial que es la de Krzysztof. También hay algunas parodias y clones.
A la luz del conflicto legal, es difícil hacer valer los derechos en este asunto, entonces la otra parte se aprovecha de ello. Aunque si te soy sincero, ya es algo que no me importa. Y lo trato como algo que tiene que suceder y que en algún momento deberá acabarse. En este conflicto no hay ganadores, solo perdedores. Toda esta situación dañó el nombre de la banda y eso es algo en lo que todos podemos estar de acuerdo.
Hace unos días hablando con los chicos de Gaerea, me dijeron que en la industria de la música -como negocio-, “lo menos importante es la música”, ¿crees eso?
No podría estar más de acuerdo y la historia de Batushka es un ejemplo perfecto de eso. ¿Importó que grabamos y lanzamos un buen disco? ¡No! Lo que sonó fue la tormenta de mierda que se hizo alrededor de nosotros a través de las redes sociales. Cuando tienes éxito, hay muchas personas a tu alrededor que de repente se interesan en ti. Hay ofertas y oportunidades. Ves cuántos “amigos” tienes, pero cualquier error que cometas es suficiente para que todo explote. Esa fue una valiosa lección para mí.
Sin embargo, no importa cuántas veces te pateen el trasero, es importante sacar conclusiones y aprender de ello y eso es lo que hicimos. El negocio de la música, como cualquier otro negocio, es despiadado y aquí solo cuentan las ganancias. La lealtad o la amistad son solo frases que resuenan con el vacío. Tenemos la comodidad de grabarn, lanzar y financiar nuestras propias producciones. Gracias a nuestros fans que escuchan nuestra música y compran los lanzamientos, todavía estamos aquí. Les estamos muy agradecidos porque nos dan la libertad de hacer lo que queramos y nos apoyan en todo momento. Desafortunadamente, muchas bandas, sobre todo las más grandes no tienen tanta comodidad, y para ellos, el lado comercial de hacer música también puede ser una decepción.
Batushka es una banda que maneja una imagen visual y sonora demasiado bien definida, ¿crees que eso limitará tu creatividad en el futuro? Evitando salirse de lo que les gusta a tus fans.
No, no creo. Ya nos hemos librado del lastre de tener que hacer algo como esto o aquello para darle gusto a la gente. Ahora estamos en lo que yo llamaría “la etapa de la mente abierta” de nuestra existencia. Por supuesto, ya sabemos que la gente va a seguir cacareando que “Litourgyia” fue nuestro único buen disco, pero igual no podría importarme menos. Solo escucha lo que hicimos en los dos últimos EP y dímelo de nuevo, directo la cara (risas). Queremos seguir adelante, desarrollarnos como banda, como músicos y como personas. Tenemos nuevas ideas que queremos probar, y creo que este es el mejor momento para nosotros. Creo que todavía estamos al comienzo de nuestra aventura. Ahora estamos en un período creativo y queremos aprovecharlo.
Nergal de Behemoth lanzó una campaña contra la censura a la blasfemia por parte del gobierno, ‘Ordo Blasphemy’, ¿qué opinas de esto, tú como músico polaco?
He sido amigo de Adam desde 1993 y lo apoyo al 100%. ¿Sabes?, ‘Ordo Blasfemia’ es una especie de último recurso. Un símbolo para mostrar impotencia ante lo que está sucediendo, pero también una forma de hacer algo sobre lo que está sucediendo.
Personalmente, también estoy luchando con la acusación por parte de la organización Ordo Iuris por “ofender los sentimientos religiosos y profanar un lugar de culto religioso”, por el video que grabamos en la iglesia Święta Góra Grabarka. ¡Es tan absurdo que incluso resulta cómico! Sin embargo, desde hace más de un año, todos mis amigos y familiares han sido convocados por la policía para interrogarlos. Tienen que responder a preguntas tan absurdas que a veces se parecen a las sacadas de “El Proceso” de Franz Kafka. Por eso percibo ‘Ordo Blasfemia’ como un símbolo de iluminación, el inicio de un camino que nuestra sociedad debe seguir.
Debemos trabajar duro en la base, como nación, para detener esta marcha hacia las tinieblas que tanto se parecen a la Edad Media. Solo espero que este sea el comienzo de un movimiento que eduque y sane a este organismo enfermo que es nuestra sociedad. ¡Viva la blasfemia!