Fotos por Antonio Arizti

Ne Obliviscaris en el gato calavera: una vez no fue suficiente

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Desde que se anunció la visita de Ne Obliviscaris a la CDMX se podía palpar la efervescente euforia de la gente por presenciar su acto, lo cual se tradujo al final en un tremendo sold out en su primera fecha el sábado 08 de septiembre. Por fortuna, la agenda permitió que los australianos en conjunto con ShowNoMercy Productions pudieran abrir una segunda fecha para que quienes se quedaron fuera tuvieran la oportunidad de disfrutarlos, y quienes los vieron el sábado y quisieran repetir fueran también más que bienvenidos.

Es así como en pleno inicio de labores, el lunes nos dimos cita en el Gato Calavera donde de nuevo Craven abre la noche con su brutal estilo que apenas vas entrando te impacta por lo poderoso de sus melodías. Ya sin playera ni pudor alguno, su vocalista pone el ambiente a tope y consigue incluso un pequeño slam en sus últimas canciones. Los jarochos se van más que aplaudidos y todo queda listo para recibir a la banda estelar.

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Un par de pendones con una mujer desnuda que sostiene un agujero negro con la simbología del fuego y un tentáculo alrededor, y que forman parte del arte de su más reciente trabajo, escoltan los costados del escenario. Uno a uno los miembros de Ne Obliviscaris se hacen presentes en la tarima. La promesa era que esta noche tendríamos un setlist distinto al presentado en la fecha inicial y así fue, ya que  los originarios de Melbourne decidieron tocar de corrido las 3 partes de “Painters Of The Tempest” que abren el exquisito album “Citadel“. A diferencia del sábado que no cabía ni un alma, el lunes el ambiente está mejor con una entrada buena pero sin caer en la sofocación, sin tanto calor ni ruido de parte de la gente que permite disfrutar mucho más la presentación

“Estuvimos recibiendo un sin fin de mensajes por e-mail pidiéndonos otra fecha. Por fortuna la agenda lo permitió y estamos muy felices de estar de nuevo aquí. Ustedes son maravillosos” saluda con mucho agradecimiento Tim Charles quien es sin duda, el músico con mas carisma y alegría reflejada de todos los del grupo: cuando no tiene el violín o el micrófono en sus manos se dedica a subirse a lo mas alto del escenario a arengar a la gente a cantar chocando los puños con ellos. La velada continua con “Intra Venus”, de su más reciente placa “Urn” la encargada de poner a los fanáticos a gritar con toda la euforia del mundo.

jajjajaSi Tim es todo pasión y fuego, sin duda su contraparte es la presencia fría e imponente de Xenoyr. Delgado y alto y de facciones muy afiladas, es increíble la manera en que gutura sonidos que parecen provenir del intestino del infierno mismo, pero sin siquiera alterar en lo más mínimo su serio rictus. Detenerse a admirar el contrapeso de ambos vocalistas es un espectáculo aparte, y seguimos hipnotizados por el performance mientras la parte 1 de “Urn”: And Within The Void We Are Breathless es ejecutada de manera magistral. Y entonces un sonido suave y delicioso de guitarra acústica suena como preludio para “Forget Not” y los fans no dejan de gritarles “maestros”, “dioses” y hasta cosas sumamente bizarras como “hazme un hijo con ese violín” a los australianos. Sin duda formas muy particulares de la gente de desbordar su euforia.

ahaha

Es ahora el acelerado violín de Tim el que sirve de entrada para “And Plague Flowers The Kaleidoscope”. Si bien es cierto hasta ahora hemos hablado mucho de los vocalistas hay un tercer miembro del que más se habla entre la gente y es nada menos que del baterista Daniel Presland y no es para menos: el hombre tiene una técnica y poder en brazos y piernas para convertir su batería en una erupción de virtuosismo y adrenalina de verdad impresionantes. La banda anuncia que ha llegado el momento de retirarse, pero los gritos de la gente que piden una canción más terminan por convencerlos de interpretar un tema más. Y no podía ser otro claro que “Devour Me Colossus: Blackholes” , para terminar de absorber por completo el alma de su público que se les entrega sin medida para despedirlos. Los australianos ahora si cierran su presentación pero con toda la humildad del mundo se quedan a firmar todos los posters y objetos que la gente les acerca. Ne Obliscaris en latín significa “No olvides” y en el caso de esta banda el nombre le viene como anillo al dedo: nadie seguramente olvidará jamás el derroche de metal progresivo extremo y de la más alta manufactura que la banda regaló en todas sus presentaciones.

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La maestría del metal progresivo extremo se hizo presente
Ne Obliviscaris tuvo tanto éxito en su visita a la CDMX, que se vio en la necesidad de dar una nueva fecha para que nadie se quedara sin verlos. ¡Tremendo!
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