GHOST hizo del José Cuervo Salón, su catedral fantasmagórica.


ForografíasToni Francois / TonoTV


Un cielo inusual, con una lluvia torrencial y atípica con granizo incluido fue el marco que dio inicio a la ceremonia religiosa de ese día. Los fieles feligreses arribaban poco a poco vestidos de negro y todo se iba poniendo a punto para la homilía dominical con Ghost y el Papa Emeritus II.
Esta vez llegue algo tarde, y no pude presenciar el acto de apertura a cargo de Yokozuna, pero los he visto otras veces -teloneando a System of a Down y a Mastodon por ejemplo- y sigo sin entender porque la promotora [OCESA, en este caso] los pone con bandas que musicalmente no tienen nada que ver , haciéndolos blanco de abucheos pero insisto: No los vi, así que no se cómo les fue.
Afortunadamente, llegué justo cuando los Nameless Ghouls empezaban con el intro de ‘Infestissumam’ y me acomodé entre el público justo a tiempo para ver emerger la figura imponente de Papa Emeritus II, quien es recibido con una ovación digna de un alto clérigo del mal. El sonido es impresionante y ‘Per aspera ad Fieri’ continúa la oscura evangelización de esa noche, para dar paso al primer gran hit que hipnotiza a la congregación, ‘Ritual’ es simplemente un agasajo y el publico en verdad se encuentra en un éxtasis cuasi-religioso, que no se interrumpe y continuó con ‘Prime Mover’.
Tengo que agregar en este instante que mi estado emocional en este momento, puede definirse como sorprendido al máximo. El poder de Ghost en vivo es avasallador, sus arreglos distan mucho de lo que escuchas en estudio y son en verdad una experiencia vibrante y poderosa en directo, puedo -debo- admitir me hicieron tragarme mis palabras con canciones como ‘Secular Haze’, ‘Satan Haze’  y otro momento sublime con ‘Con Clavi Con Dio’.  Personas que sufren de susceptibilidad religiosa, absténganse de escuchar a esta banda, pues el 95% de sus liricas hacen apología al buen Satanás.
El porte de Emeritus II es difícil de describir. Es sereno y pausado en su andar y caminar y su voz dista mucho de guturales o voces demoníacas; de hecho es más bien, tranquilizante. Sin embargo y por muy raro que se lea, es eso lo que le da una presencia mística e imponente bajo esa túnica papal, y ese rostro maquillado cadavéricamente. Cada que se acerca de mas a la orilla del escenario sus fieles gritan y buscan con sus cámaras la mejor toma de su pastor, quien los deleita continuando la misa con ‘Elizabeth’, ‘Body and Blood’ y ‘Death Knell’ para llegar a un momento épico, con la interpretación de ‘Here Comes The Sun’ -original de The Beatles-.

 

El José Cuervo, está convertido en una sacristía oscura, y el continúa, mientras rebasa más de la mitad de su duración, pero los fieles asistentes siguen ávidos de la palabra de su fantasmal mesías, quien con ‘Stand by Him’ y ‘Genesis’ llega a un momento climax de la noche. El público entero pide a gritos ‘Year Zero’ y son totalmente complacidos. “¡Belial! ¡Behemoth! ¡Beelzebub! ¡Asmodeus! ¡Satanas!  ¡Lucifer!” cantan todos mientras brincan y el José Cuervo se ve simplemente majestuoso.
“México, ustedes tienen muchas cosas geniales, pero lo mejor: Es que esta noche tienen fantasmas; y si tienen fantasmas, ¡lo tienen todo!” sentencia su satanidad Emeritus y con ‘If you Have Ghosts’, un cover de Roky Erickson, se retira con todos sus Nameless Ghouls, mientras el público no deja de pedir más de la banda.
Un breve descanso, y Ghost regresa para hacer a sus fieles comulgar con ‘Ghulhe’ y su inicio lento e hipnotizante, que se conecta con ‘Zombie Queen’ y su poderoso ritmo rápido y enérgico, que logra que un sector de feligreses poseídos forme mosh pits en distintos huecos del recinto y para cerrar; ‘Monstrance Clock’ y su invitación a recibir al hijo del diablo repitiendo infinida. “Come together, together as a one, come together for Lucifer’s Son” al ritmo mecanico de la tonada, similar al mecanismo de un reloj. Ghost se despide muy agradecido por la respuesta de sus devotos, prometiendo regresar el próximo año y así es como la ceremonia fantasmal es finalizada. Pueden ir en paz, lectores míos… ésta reseña ha terminado.

 


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